miércoles, 18 de septiembre de 2013

Formar un profesional le cuesta a la UMSS 7 mil bolivianos cada año

La Universidad Mayor de San Simón (UMSS) invierte más de 7 mil bolivianos al año en la formación de cada estudiante.

Esto significa que un profesional puede llegar a costar hasta 50 mil bolivianos considerando que el tiempo promedio de egreso es de 7 años, pese a que cada carrera dura 5 años. La causa principal se evidencia el primer año, cuando casi la mitad de los estudiantes reprueba las materias asignadas, lo que refleja, una inadecuada formación en los colegios.

La Universidad Autónomia Gabriel René Moreno de Santa Cruz gasta 72 mil bolivianos en formar un profesional, al menos 22 mil más que Cochabamba. En mayo, el vicepresidente Álvaro García Linera, dijo que las universidades pagaban 70 mil dólares por cada profesional, hecho desmentido por Cochabamba y Santa Cruz.

UMSS El presupuesto de la UMSS para este 2013, según los datos del Sigma, es de 451.948.173 bolivianos que dividido por el número de estudiantes del primer semestre (64.079), el resultado es de 7.052 bolivianos.

El cálculo se hace en función a los recursos del Tesoro General del Estado, el Impuesto Directo a los Hidrocarburos, recursos de coparticipación y los fondos propios de la Universidad.

GRATIS Para el estudiante, su formación profesional es gratuita. La matrícula es cero, pero al momento de la inscripción paga un monto “significativo” anual. Dependiendo de la facultad se cobra entre 10 y 15 bolivianos como aporte para la Federación Universitaria Local, el Centro de Estudiantes, Seguro Universitario, entre otros.

Incluso, pensando en elevar su rendimiento y mejorar su calidad de vida, desde la Dirección Universitaria de Bienestar Estudiantil (DUBE) se da un seguro de salud y medicamentos sin costo alguno. Asimismo tiene alimentación, becas deportivas, vivienda y otros beneficios.

OBSERVACIÓN El secretario general de la UMSS, Rolando López, considera que esta gratuidad y las ventajas que se ofrecen a los estudiantes no han mejorado los índices de deserción de materias o la repetición. Más al contrario estas facilidades hacen que no tomen en serio los estudios universitarios.

“Lamentablemente los estudiantes en la parte de la dirigencia demandan cada vez más beneficios y el grado de responsabilidad y entrega no es proporcional con los beneficios”, sostiene. Ante esta situación cree que si bien es responsabilidad de la Universidad asistirlos económicamente para que terminen su carrera, es necesario regular y reglamentar la permanencia estudiantil.

Reconoce que no será fácil eliminar la gratuidad para los estudiantes que no culminan su formación en cinco años, pero a partir del sexto, debe pagar el monto que eroga la Universidad.

“Lo ideal sería que con la educación gratuita haya respuestas y más profesionales titulados, pero no es así y se vuelve un gasto y perjuicio para otros estudiantes. No sólo quitan un cupo sino que saturan los grupos paralelos”, señala.

Dijo también que otro factor que influye es, por ejemplo, la inscripción en carreras paralelas y cursos de post-grado.

Un estudio de hace 10 años de la UMSS, en función a las matrículas de los estudiantes, muestra que un 10 por ciento se inscribe en carreras paralelas. Son a estos estudiantes, que llevan más de 7 años en la Universidad, que se los llama “becarios, crónicos o dinosaurios”.

EL PROBLEMA Como docente de primer semestre, el secretario general, asegura que el mayor problema de la permanencia de los estudiantes es la mala preparación en colegios.

“Esto se debe a los experimentos con la Ley del MNR y Avelino Siñani. Bachilleres deficientemente formados, es grave y delicado”, refiere.

Por su carácter gratuito, los alumnos que tienen deficiente formación “tratan de meterse a como dé lugar de la UMSS”.

“La calidad académica ha bajado. De cinco materias que toman aprueban una o ninguna. Peor es el caso de los que entran de manera directa o por convenios”, dice.

LOS RETOS Desde la Universidad aseguran que el reto es ajustar los exámenes de admisión porque hay estudiantes que aprenden a escribir durante su formación profesional.

Esto permitiría que un mayor número pueda culminar sus estudios en un tiempo de hasta 4 años, con cursos de verano y otros.

MERCADO Por otro lado, advierte que hay algunas facultades que abren su admisión de manera desproporcionada sin verificar si el mercado laboral es óptimo para futuros profesionales. Lamenta que muchas autoridades no vean esta realidad.

Datos.

Estudiantes

El 2012 el flujo de estudiantes fue de 65.539, de los que 52.133 fueron antiguos y 13.506 nuevos en 13 facultades de la UMSS. La presencia femenina subió al 49 por ciento en gestiones (2011-2012). Los varones son mayoría en Ciencias y Tecnología y las mujeres en Ciencias Económicas.

Facultades

El mayor porcentaje de estudiantes (24.3 por ciento ) está en la Facultad de Ciencias y Tecnología. Un gran porcentaje (19.2 por ciento está en la Facultad de Ciencias Económicas, seguida de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas (14.8 por ciento ) y Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (13.4 por ciento ).

Carreras

El 14.1 por ciento prefiere Ciencias Jurídicas. Le siguen con un 8.3 por ciento contaduría pública y con 5.6 por ciento administración de empresas.

Sistema Público

400.000 estudiantes en todo el sistema público universitario nacional. Se gradúan 25.000 cada año. El CEUB está conformado por 11 universidades.

Deserción por falta de recursos

La permanencia estudiantil en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) está en función a sus condiciones socioeconómicas.

Es por esta situación que desde la Federación Universitaria Local (FUL) cuestionan la falta de apoyo del Estado para garantizar la formación del profesional y ofrecerle un salario digno.

Según el dirigente de la FUL, Marcelo Arévalo, esta situación deriva en el fracaso de los estudiantes o el hecho de que aplace sus estudios para dedicarse primero a trabajar y reunir fondos para continuar con su carrera universitaria.

“Los estudiantes se encuentran sin condiciones económicas para elevarse culturalmente. Al entrar a la Universidad chocan con su realidad y terminan en 7 o 10 años”, explica.

Dice también que la Universidad tiene poco presupuesto para la formación adecuada de profesionales. Estima que cada año ingresan entre 6 y 7 mil estudiantes cuando los bachilleres son más de 20 mil. Se pregunta dónde va el resto y lamenta que sea a universidades privadas donde su rendimiento es incierto o a los instituos técnicos para terminar en el comercio.

“Todo esto está relacionado con las tendencias socioeconómicas”, concluye.

“Debemos trabajar en la escuela y la universidad para garantizar la calidad y equidad en el estudio”

El analista y docente de la carrera de Sociología de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) realizó una comparación del estudio hace 30 años y ahora para tratar de entender lo que está pasando en esta Casa Superior de Estudios.

P: ¿Cómo ha ido evolucionando la educación?

R: El tipo de estudiante que ingresaba a la Universidad antes procedía de las clases medias y por tanto podía dedicarse sustantivamente a estudiar con los recursos de su familia. Ahora, como efecto de las transformaciones sociales, los estudiantes pertenecen a otros grupos sociales con características diferentes. Bien pueden entrar a la Universidad por distintos mecanismos, lo que también es un cambio relacionado con el pasado. Son alumnos que provienen de familias que no tienen recursos para mantenerlos en la Universidad y eso hace que tengan que alternar entre la vida universitaria y el trabajo.

P: ¿Qué pasa con los estudiantes?

R: Son probablemente menos preparados que antes, su desempeño es menor y si a eso se agrega los conflictos internos de la Universidad que no permiten continuidad en el estudio, ahí vemos lo que está pasando. Hay una diferencia de condiciones sociales.

P: ¿Cómo pueden revertir las universidades?

R: El problema está en la escuela y también en la Universidad porque no hay ningún nexo entre ambas para garantizar la calidad y equidad en el estudio. La Universidad debe adecuarse a los estudiantes, pero esto no significa bajar la calidad o las notas sino desarrollar un programa de admisión para reconvertir y reciclar a los estudiantes. Lo que hay ahora es una cultura extendida de “dámelo todo, yo no hago nada”. No hay una cultura real del esfuerzo por parte de los estudiantes que quieren ingresar a la Universidad. Es cierto que la pobreza condiciona, pero no es un determinante absoluto, se necesita esfuerzo, dedicación y ganas.

La gratuidad también es en salud, deporte, vivienda y la alimentación

Los servicios que tiene la Universidad Pública no sólo se limitan al área educativa, sino también al deporte, alimentación, salud y vivienda. Todo esto es gratuito.

El director de la DUBE (Dirección Universitaria de Bienestar Estudiantil), Boris Calancha, explicó que el objetivo es incentivar la permanencia académica.

En el caso de los estudiantes provenientes de sectores empobrecidos, indígenas originarios y campesinos de la sociedad boliviana, se les asigna becas comedor o de alimentación, de vivienda o albergue universitario y becas trabajo dentro de la Universidad, a objeto de garantizar las condiciones mínimas necesarias para su rendimiento.

Dijo también que este grupo corresponde al 10 por ciento del total de los estudiantes. Ellos reciben una beca de alimentación que a la Universidad le cuesta 16 bolivianos por cada uno. Hay entre 2.500 y 4.500 becarios.

También están las becas deportivas que si bien se dirigen a un grupo limitado de estudiantes les permite también tener alimentación y vivienda. La Universidad también tiene becas de admisión en favor de diferentes sectores de la Central Obrera Boliviana, estudiantes del Norte de Potosí y de provincia.

Esta gestión también se incorporan las becas financiadas con el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) destinadas a la optimización de la calidad académica y el desarrollo de la investigación científica. Son las becas de investigación y de excelencia académica. Los postulantes coordinan a través de la Federación Universitaria Local (FUL). Este trabajo se realiza también para el área deportiva, becas de servicio, trabajo, de apoyo para solventar gastos de titulados y de mejores alumnos. A su vez se encuentran las becas de intercambio estudiantil con universidades del Mercosur.

La DUBE maneja, por otro lado, la coordinación del seguro social universitario a través de un convenio que permite cubrir todos los aspectos de salud de los estudiantes.

El carnet universitario es otro beneficio gratuito.



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