domingo, 11 de mayo de 2014

Sandra hace la residencia por segunda vez

Salir del país para buscar una especialidad médica es una de las primeras opciones que Sandra Mendoza Albornoz vio para su carrera profesional luego de graduarse de la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Simón.

Era el año 2008 cuando comenzó su travesía por la búsqueda de la especialidad, apenas se había graduado inició con los trámites de su diploma académico, titulo e inscripción al Colegio Médico que le permitan ejercer su carrera y habilitarla para continuar con su formación.

La oportunidad de viajar a la Argentina para realizar la especialidad fue una de las primeras opciones para Mendoza antes de postularse al examen de la residencia médica, para el cual debía esperar casi un año.

Cargada de ilusiones y expectativas viajó a la Argentina con el objetivo de rendir uno de los exámenes que le pueda abrir las puertas para continuar con su formación.

Varios de sus colegas ya habían llegado a ese país antes y la ayudaron a orientarla para acceder a la residencia.

Indicó que en la Argentina los bolivianos tienen la posibilidad de acceder a dos tipos de residencia: una en la universidad pública y otra en las privadas.

En el sistema privado los interesados en la residencia deben rendir un examen para el centro médico en el que les interesa trabajar. Posterior a la prueba el profesional se debe someter a una entrevista. Manifestó que en algunos centros médicos de este tipo hay remuneración y en otros de manera contraria el estudiante es el que debe hacer el pago por la residencia.

En cambio en el sistema público solamente existe la posibilidad de dar un examen que por lo general es convocado para medio año y unos seis meses después se convoca a una especie de repechaje para ocupar los puestos de los médicos residentes que por algún motivo abandonan la especialidad.

Para acceder a estas posibilidades Sandra se preparó varios meses, mientras también esperaba la salida de sus papeles para postularse a las pruebas.

Nunca pensó que la validación de su título fuera un trámite tan largo en Argentina, por lo que antes de cumplir un año en ese país decidió retornar a Bolivia.

En Cochabamba, Sandra decidió postularse al examen de residencia para el año 2011, su objetivo en un principio era ingresar a la especialidad de gastroenterología.

Aprobó el examen y durante un año realizó la residencia en el Instituto Gastroentereológico Boliviano Japonés.

Sandra cuenta que allí recibía una pequeña remuneración por su trabajo y realizaba turnos de 24 horas.

Sin embargo una situación de orden personal la obligó a renunciar a la residencia.

Sandra decidió formar una familia y dejó la especialidad por un tiempo.

Una año después nuevamente se postuló al examen para la especialidad de oftalmología.

Volvió a superar la prueba y actualmente realiza su tercer año de residencia en la Fundación Boliviana de Oftalmología, centro que a diferencia de muchos otros en la ciudad tiene un horario determinado de enseñanza para los médicos residentes y en el cual los profesionales en formación no requieren realizar turnos de 24 horas.

Para Sandra esta especialidad en el país es una de las más completas a comparación de las que se ofrecen en el exterior.

“Hemos tenido visitas de médicos oftalmólogos que vinieron de España y nos indicaron que en las especialidades que se realizan en ese país a los médicos no se les enseña a operar, por ejemplo en terigios, que es algo para lo que nosotros sí estamos preparados”, manifestó.

Dijo que las especialidades que se realizan en Bolivia son de muy buena calidad como en otros centros médicos del exterior e incluso a veces mejores, por lo que ve como único problema la falta de cupos para acceder a la formación.

RIESGOS

Según la médico uno de los riesgos que hay para los profesionales del área de salud es quedarse sin trabajo y sin formación por la falta de recursos y la difícil accesibilidad al sistema de residencia.

Señaló por ejemplo que más del 50 por ciento de su promoción de medicina salió al exterior en búsqueda de otras posibilidades para la residencia.

Un mínimo porcentaje consiguió la residencia en Bolivia y otra gran parte se quedó como médico general esperando la llegada de un ítem u optando por trabajar en otra cosa que no tiene relación con su carrera.

“Es una lástima, pero las cosas son así en Bolivia, lastimosamente no somos un país muy desarrollado y no se le da la importancia necesaria a la salud, cuando en otros países vecinos las autoridades están desesperadas por contratar a médicos para satisfacer la demanda de la población”, señaló.

Acerca del sistema que rige en el país para la prueba de la residencia señaló que debía ser cambiado para dar la oportunidad a profesionales que están estancados.

Señaló que en países como Argentina los exámenes son preparados en base a los conocimientos de las áreas básicas de la medicina, como cirugía, medicina interna y ginecología.

Allí no existen las pruebas memorísticas tal como sucede en el país.

“Tengo compañeros que hasta ahora no pudieron aprobar el examen porque el requisito principal es tener buena memoria, sin embargo hay buenos profesionales que si les dieran una oportunidad de mostrar sus conocimientos de otra forma podrían hacerlo bien”, indicó.

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