domingo, 10 de noviembre de 2013

La FUL concentra tres poderes en la UMSS desde hace 85 años

La Federación Universitaria Local (FUL), que representa a todos los estudiantes universitarios, concentra los poderes económico, político y social dentro de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) que son .

A lo largo de su trayectoria, esto le ha permitido revertir muchas decisiones de las autoridades no sólo universitarias, sino del Gobierno central ya que forma parte de la sociedad.

Su mandato es defender los intereses de los estudiantes y de la sociedad en general.

La FUL también tuvo muchos logros y fracasos enmarcados en los derechos, el co-gobierno y la autonomía. Es así que además de asumir la representación estudiantil, esta organización interviene en las políticas generales dentro de la UMSS y del sistema universitario en el ámbito nacional.

El rector de la UMSS, Lucio Gonzales, explicó que en el marco de la autonomía y el co-gobierno, se busca con la FUL hacer gestión de manera conjunta y coordinada, es decir, autoridades y universitarios. Uno de los ejemplos más recientes está referido a la lucha por el presupuesto.

Hace diez años, la Unión Revolucionaria de Universitarios Socialistas (URUS) fue elegida para dirigir la FUL, cuatro gestiones seguidas y esta última después de una pausa de dos años. Su poder económico se refleja en el manejo de recursos internos y externos.

El informe económico de la gestión 2011-2013 de la FUL da cuenta que los ingresos por los aportes estudiantiles, el ingreso al gimnasio, alquileres percibidos, ingresos entrada universitaria, por organización de seminarios, talleres, foros y otros son en total 965.279,09 bolivianos. El 72 por ciento de estos fondos son de los aportes de los estudiantes. A estos ingresos se suman otros externos de más de 400 mil bolivianos, aproximadamente.

El secretario general de la UMSS, Rolando López, informó que el Gobierno asigna recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) para becas, que ahora son manejadas por la FUL, lo que incrementa su presupuesto.

El manejo económico fue observado por la autoridad ya que dijo se disponen de recursos para elaborar panfletos donde atribuyen a las autoridades universitarias su apoyo al Gobierno, por ejemplo.
LO POLÍTICO Su poder mayor se refleja en sus protestas contra las decisiones políticas del Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS).

Según el secretario ejecutivo de la FUL, Jarlin Coca, los estudiantes asumieron un rol esencial como parte del proceso histórico en la lucha con los trabajadores por los grupos oprimidos y explotados. Al interior de la universidad su lucha también por los derechos de trabajadores y docentes.

“La FUL es muy permeable a la política de los trabajadores. Uno de sus principios que también es una de sus características, es que la universidad no puede entenderse fuera del contexto nacional por lo que debe luchar por la revolución social. La nueva universidad es producto de la nueva sociedad”, manifestó.

Afirmó que con su lucha han logrado derrotar las políticas neoliberales, aunque aún quedan algunas demandas pendientes. Reconoció que la FUL se convirtió en un bastión de resistencia contra el Movimiento Al Socialismo (MAS) y es “uno de los pocos”.

“Al Gobierno le hemos hecho retroceder. No hay cumbre de salud, ni reforma de salud, por ejemplo”, sostuvo.

Por su parte, el secretario general de la UMSS, Rolando López, consideró que la FUL “tiene buenos principios, pero con mucho ímpetu al juzgar muy precipitadamente la gestión”.

“Ese posicionamiento antigobierno a veces resulta demasiado extremista porque de todo se trata de culpar al Gobierno y las autoridades universitarias”, indicó.

Este poder que tiene la FUL, para el estudiante y representante de Juventudes del Movimiento Al Socialismo (MAS), Ademar Valda, más que beneficiar al estudiante ha producido un daño por la suspensión de las actividades universitarias en reiteradas oportunidades con demandas salariales.

“No tenían ningún asidero estudiantil. Salieron por los sueldos y salarios antes que por la investigación y formación universitaria”, manifestó.

Recordó que el Gobierno donó 10 mil dólares a las Federaciones Universitarias Locales del país para la construcción de albergues y polifuncionales, pero en Cochabamba no se pudo consolidar.

“La FUL no quiere beneficiar a los estudiantes por sus fines políticos. Eso debemos cuestionar y plantear cómo recuperarla para que vuelva a manos de los universitarios”, agregó.
Logros para los estudiantes
Los trotskistas, como se les conoce a los dirigentes actuales de la FUL, se caracterizan por su conducta revolucionaria, lograron, por ejemplo, eliminar la matrícula y los altos costos de los cursos pre-universitarios.

“Antes la matrícula costaba 400 bolivianos y los cursos pre-universitarios arriba de 50 dólares. Se sacaba el dinero del bolsillo del universitario para pagar al docente”, recordó el secretario ejecutivo de la Federación Universitaria Local, Jarlin Coca.

Indicó que se consiguió que los docentes den examen de suficiencia y otros aspectos académicos. Por otro lado, está la lucha por los recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) en beneficio de la región y el seguro universitario gratuito después de 33 días de huelga de hambre de uno de los dirigentes de la FUL.

Para el estudiante y líder de Juventudes del Movimiento Al Socialismo, Ademar Valda, queda pendiente la instalación de Wi Fi y otras demandas en favor de los estudiantes.


El trotskismo se impone con su ideología de lucha y revolución en la sociedad
Ser trotskista en la universidad es malo, “una mala palabra”. Así lo califican algunos estudiantes que consideran que es sinónimo de conflictividad, intolerancia y protesta.

Para quienes lo comparten es sinónimo de valentía.

Lo cierto es que en las aulas, cuando un estudiante le dice a su docente que se equivocó en algún dato y le hace su corrección surge el comentario de sus compañeros: “Oye, te estás trotskeando”.

Y cuando uno acude ante las autoridades para reclamar por sus derechos que cree fueron vulnerados, entre el mismo personal de la universidad se escucha, “no te trotskees tanto, con calma nomás”, como un consejo para solucionar su conflicto de la manera más calmada posible.

Pero, el trotskismo va más allá de todas estas concepciones al interior de la universidad.

Para el secretario ejecutivo de la Federación Universitaria Local (FUL) por la Unión Revolucionaria de Universitarios Socialistas (URUS) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Jarlin Coca, se basa en la teoría de la revolución permanente para defender una educación real donde no es posible separar la teoría y la práctica.

“Nuestras movilizaciones tienen un alto contenido moral, pero aún falta conciencia en el movimiento estudiantil”, refirió.

Recordó que desde la URUS, como escuela de formación de cuadros dirigenciales, se tiene más de 70 años dentro de la reforma universitaria y en la revolución social para transformar la sociedad.

El secretario general de la UMSS, Rolando López, destacó que la FUL responde a un partido con presencia nacional.

“Es el único que opera dentro de la universidad, responde al Partido Obrero Revolucionario. Es una FUL bastante ordenada, con principios, nunca busca la prebenda, pero es muy agresiva”, sostuvo.

López considera, sin embargo, que debe adecuarse a la realidad actual porque su sueño de que la revolución está a la vuelta de la esquina no podrá cumplirse tomando en cuenta que los obreros no tienen presencia actual y la economía está en manos de otros sectores.

Coca rechaza que su vigencia ya no sea igual.

“Los postulados que enarbolamos no chocan con la realidad, se cumplen y ahí está la vigencia”, agregó.
Un movimiento estudiantil estructurado
El director de la Dirección de Interacción Social Universitaria (DISU) y exdirigente estudiantil, José Decker, se refirió al movimiento universitario en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).
P: ¿Cuál es el papel del estudiante?

R: El movimiento universitario está formado por estudiantes y docentes que tienen roles protagónicos. El estudiante está habido de conocimiento social, económico y político, se está formando para ser un ciudadano, pero no pasivo, sino con posibilidades de actuar en diferentes campos. Ese ímpetu que tienen, ese deseo hace que hayan a arremeter y se vuelven los protagonistas en el espacio universitario y la sociedad.
P: ¿ Cuál es el fin de la FUL en la UMSS?

R: En el pasado, los movimientos estudiantiles, desde la FUL, fueron los protagonistas de muchos cambios en la estructura de Bolivia. Gracias a estos movimientos, se gestan los grandes movimientos políticos. La FUL tuvo un rol protagónico y un posicionamiento político revolucionario fuerte.
P: ¿Cómo se estructura la FUL con el trotskismo?

R: Es un movimiento que para profundizar los cambios, generar o gestar procesos revolucionarios, tiene un partido político. Se manejan como partido y no como agrupación de amigos que actualmente no responden a ninguna estructura partidaria. Eso hace que la vigencia del trotskismo sea partidaria y militante. Es bien difícil que se debiliten. Es cierto que hay intereses políticos, pero se van diluyendo como los partidos en la sociedad. Lo que se ha preservado al interior de la universidad es la estructura partidaria del POR.
P: ¿Cuál es la tendencia actual y los riesgos a futuro?

R: El estudiante es reflejo de la sociedad y ahora la tendencia no está claramente establecida, no podemos decir si una persona es de izquierda o derecha. Hay una suerte de disgregación al igual que los partidos políticos. Se van diluyendo algunos grupos por falta de una doctrina partidaria. Todo esto confunde al estudiante y la sociedad que deriva en una suerte de “quemeimportismo”. El riesgo es que se van a crear grupos al interior de la UMSS y fuera que van a ser prebendados.

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