El Nacional de TArijaJosé Bismarck Gutiérrez, se encontraba con su esposa y dos hijos al momento de recibir un sobre que contenía material explosivo de alta peligrosidad
“Esto pudo haber sido una desgracia”, eran las palabras del Fiscal de Materia, Julio López, tras regresar del lugar donde los oficiales de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Críen (FELCC) y la Unidad de Bomberos hicieron detonar la carta bomba que recibió José Bismarck Gutiérrez, decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho.
Los oficiales de la Policía y el fiscal, no salían del asombro luego de observar que la bomba generó una onda expansiva de aproximadamente 30 metros y que dejó en silencio a todos los que observaron la detonación que fue provocada por un disparo de arma de fuego.
Bismarck Gutiérrez, acompañado de su esposa que estaba visiblemente nerviosa y angustiada, relató que a horas 8:00 de la noche, a su domicilio ubicado en el barrio El Rosedal, llegó un automóvil blanco que dejó un sobre que llevaba el nombre de Gutiérrez. “Yo lo recibí porque pensé que era cualquier otro objeto que entregan los radiotaxis”, explicó el afectado, quien logró abrir el sobre y con sorpresa observó un objeto que parecía un explosivo.
Gutiérrez que se encontraba con su esposa y dos hijos en su vivienda, determinó trasladar el sobre hasta las instalaciones de la FELCC, donde llegaron oficiales de la División Inteligencia de la Policía Nacional y de la Unidad de Bomberos.
El artefacto fue observado y analizado por un equipo especializado en bombas, para lo cual determinaron despejar las instalaciones de la FELCC e impedir el ingreso de cualquier persona particular a la Policía Nacional. Mientras que Gutiérrez fue llevado a un ambiente más privado y tranquilo, donde además brindaba información a los oficiales de la entidad del orden.
La bomba permaneció en instalaciones de la FELCC por aproximadamente una hora y media. Al ver que el artefacto podía detonarse con algún tipo de contacto, es que los oficiales determinaron sacarlo del lugar y llevarlo a espacio abierto donde pueda ser denotado.
Puesto en un turril y con sumo cuidado, los bomberos utilizaron una de las patrullas para trasladar el objeto hasta Monte Centro, a 10 kilómetros del centro de la ciudad, esto en compañía del fiscal, Inteligencia y la FELCC.
El lugar escogido estaba completamente alejado de viviendas, pero por precaución cerraron el paso a cualquier vehículo y establecieron un cordón de seguridad de al menos 100 metros, desde donde este medio de comunicación observó la labor de la fuerza del orden.
La bomba fue puesta en el piso y detonada con un disparo hecho por un arma de fuego. Al estallar se generó una onda expansiva de aproximadamente 30 metros, lo que dejó asombrados a todos los presentes mientras comentaban “si hubiera explotado allá (FELCC) seguro moríamos todos”.
Al retornar a las instalaciones de la FELCC, el Fiscal de Materia en turno procedió a tomar las declaraciones a Bismarck Gutiérrez, proceso que duró una hora y media. Mientras tanto los oficiales de la policía se mostraron reacios a brindar cualquier información e indicaron que están a la espera del informe de la Unidad de Bomberos.
Al salir, Gutiérrez accedió hablar con los medios de comunicación. Explicó que desde hace días venía recibiendo llamadas amenazantes y mensajes a su celular que le advertían que deje su cargo como decano de la Facultad de Humanidades.
En ese sentido es que sospecha que el fallido atentado tiene relación con las recientes elecciones que se realizaron en la Universidad Juan Misael Saracho, donde se generaron una serie de conflictos en casi todas las carreras.
¿Sospecha de alguien en particular?, Gutiérrez aseguró que no, sin embargo, recalcó que esa será la labor de la fuerza del orden que iniciará una investigación para determinar quienes podrían ser los posibles implicados.
Mientras tanto, la autoridad universitaria dijo que solicitará un resguardo policial en su domicilio, pues teme por la seguridad de su familia. ¿Dejará el cargo como decano?, Gutiérrez recalcó que no y que espera el apoyo del rector de la superior casa de estudios, Carlos Cabrera, así como de otros colegas de trabajo.
Por su parte, el Fiscal de Materia, Julio López, recalcó que el afectado recibió constantemente amenazas de muerte antes y después de recibir el sobre bomba.
López destacó el trabajo de la Unidad de Bomberos, ya que supieron manipular y detectar que el artefacto era altamente peligroso, por lo que decidieron hacer detonar el explosivo en las afueras de la ciudad.
La autoridad explicó que no pueden dar mayores detalles sobre la investigación, ya que los primeros resultados dependerán del informe que entregue la Unidad de Bomberos, para determinar de qué artefacto explosivo se trataba.
López tampoco informó si existen o no sospechosos y dijo que cualquier tipo de información adelantada sólo entorpecerá las investigaciones.
“Hay información que la vamos a mantener en reserva para procurar realizar una adecuada estrategia de investigación para dar con los autores del delito”, explicó la autoridad judicial.
DESTACADO
La detonación de la bomba generó una onda expansiva de aproximadamente 30 metros
“Esto pudo haber sido una desgracia”, eran las palabras del Fiscal de Materia, Julio López, tras regresar del lugar donde los oficiales de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Críen (FELCC) y la Unidad de Bomberos hicieron detonar la carta bomba que recibió José Bismarck Gutiérrez, decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho.
Los oficiales de la Policía y el fiscal, no salían del asombro luego de observar que la bomba generó una onda expansiva de aproximadamente 30 metros y que dejó en silencio a todos los que observaron la detonación que fue provocada por un disparo de arma de fuego.
Bismarck Gutiérrez, acompañado de su esposa que estaba visiblemente nerviosa y angustiada, relató que a horas 8:00 de la noche, a su domicilio ubicado en el barrio El Rosedal, llegó un automóvil blanco que dejó un sobre que llevaba el nombre de Gutiérrez. “Yo lo recibí porque pensé que era cualquier otro objeto que entregan los radiotaxis”, explicó el afectado, quien logró abrir el sobre y con sorpresa observó un objeto que parecía un explosivo.
Gutiérrez que se encontraba con su esposa y dos hijos en su vivienda, determinó trasladar el sobre hasta las instalaciones de la FELCC, donde llegaron oficiales de la División Inteligencia de la Policía Nacional y de la Unidad de Bomberos.
El artefacto fue observado y analizado por un equipo especializado en bombas, para lo cual determinaron despejar las instalaciones de la FELCC e impedir el ingreso de cualquier persona particular a la Policía Nacional. Mientras que Gutiérrez fue llevado a un ambiente más privado y tranquilo, donde además brindaba información a los oficiales de la entidad del orden.
La bomba permaneció en instalaciones de la FELCC por aproximadamente una hora y media. Al ver que el artefacto podía detonarse con algún tipo de contacto, es que los oficiales determinaron sacarlo del lugar y llevarlo a espacio abierto donde pueda ser denotado.
Puesto en un turril y con sumo cuidado, los bomberos utilizaron una de las patrullas para trasladar el objeto hasta Monte Centro, a 10 kilómetros del centro de la ciudad, esto en compañía del fiscal, Inteligencia y la FELCC.
El lugar escogido estaba completamente alejado de viviendas, pero por precaución cerraron el paso a cualquier vehículo y establecieron un cordón de seguridad de al menos 100 metros, desde donde este medio de comunicación observó la labor de la fuerza del orden.
La bomba fue puesta en el piso y detonada con un disparo hecho por un arma de fuego. Al estallar se generó una onda expansiva de aproximadamente 30 metros, lo que dejó asombrados a todos los presentes mientras comentaban “si hubiera explotado allá (FELCC) seguro moríamos todos”.
Al retornar a las instalaciones de la FELCC, el Fiscal de Materia en turno procedió a tomar las declaraciones a Bismarck Gutiérrez, proceso que duró una hora y media. Mientras tanto los oficiales de la policía se mostraron reacios a brindar cualquier información e indicaron que están a la espera del informe de la Unidad de Bomberos.
Al salir, Gutiérrez accedió hablar con los medios de comunicación. Explicó que desde hace días venía recibiendo llamadas amenazantes y mensajes a su celular que le advertían que deje su cargo como decano de la Facultad de Humanidades.
En ese sentido es que sospecha que el fallido atentado tiene relación con las recientes elecciones que se realizaron en la Universidad Juan Misael Saracho, donde se generaron una serie de conflictos en casi todas las carreras.
¿Sospecha de alguien en particular?, Gutiérrez aseguró que no, sin embargo, recalcó que esa será la labor de la fuerza del orden que iniciará una investigación para determinar quienes podrían ser los posibles implicados.
Mientras tanto, la autoridad universitaria dijo que solicitará un resguardo policial en su domicilio, pues teme por la seguridad de su familia. ¿Dejará el cargo como decano?, Gutiérrez recalcó que no y que espera el apoyo del rector de la superior casa de estudios, Carlos Cabrera, así como de otros colegas de trabajo.
Por su parte, el Fiscal de Materia, Julio López, recalcó que el afectado recibió constantemente amenazas de muerte antes y después de recibir el sobre bomba.
López destacó el trabajo de la Unidad de Bomberos, ya que supieron manipular y detectar que el artefacto era altamente peligroso, por lo que decidieron hacer detonar el explosivo en las afueras de la ciudad.
La autoridad explicó que no pueden dar mayores detalles sobre la investigación, ya que los primeros resultados dependerán del informe que entregue la Unidad de Bomberos, para determinar de qué artefacto explosivo se trataba.
López tampoco informó si existen o no sospechosos y dijo que cualquier tipo de información adelantada sólo entorpecerá las investigaciones.
“Hay información que la vamos a mantener en reserva para procurar realizar una adecuada estrategia de investigación para dar con los autores del delito”, explicó la autoridad judicial.
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La detonación de la bomba generó una onda expansiva de aproximadamente 30 metros
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