En la universidad existen 48 unidades de investigación divididas en 12 campos del conocimiento, que equivalen al número de facultades de Ciencias y Tecnología junto con Ciencias Agrícolas y Pecuarias.
El responsable de la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (DICyT), Guillermo Bazoberry, informó que el mayor perjuicio a las investigaciones se generó en los proyectos que trabajan con material genético, porque las muestras recolectadas que estaban en proceso de estudio se echaron a perder.
Según el tipo de trabajo la pérdida fluctúa entre el 30 a 50 por ciento, dijo. En la UMSS se desarrollan al menos 150 proyectos de manera simultánea, un promedio de tres por cada unidad de investigación de la casa de estudios superiores.
En una visita realizada a cinco centros de los 12 que existen en la Facultad de Ciencias y Tecnología de la UMSS, se constató que las investigaciones sufrieron meses y años de perjuicio. Otra consecuencia es la virtual reversión de recursos de los organismos cooperantes.
El director de la DICyT informó que los 48 centros fueron perjudicados con el desembolso de recursos por el cierre del campus central de la UMSS.
La administradora de la misma dirección, María Lemaitre, explicó que por un mes no se emitieron cheques para el avance de los proyectos, por lo que se necesitó abrir una oficina eventual en un laboratorio de la Facultad de Bioquímica. Esto ocasionó que la ejecución baje.
“No hemos podido hacer la reformulación de los proyectos que trabajan con los fondos de donación ASDI (…) seguramente si no podemos ejecutar durante este año la cooperación sueca nos permitirá reformular el presupuesto”, dijo.
Pero, aclaró que esto no ocurrirá con la cooperación Belga a la que se tienen que devolver los recursos que no se ejecutaron. Incluso, durante el conflicto llegaron los cooperantes suecos, belgas y evaluadores, entre otros, con quienes se sostuvieron reuniones en otros ambientes.
Bazoberry agradeció el compromiso que demostraron cada uno de los investigadores de los diferentes centros ubicados en el campus central que a pesar de las dificultades y adversidades lograron, como podían, trabajar en lugares externos, trataron de cumplir con las entidades de cooperación financiera y se dieron modos para ingresar a la UMSS y evitar pérdidas mayores.
Ahora cada uno de los laboratorios apura su trabajo, ya que en muchos casos el financiamiento será revertido porque no se puede recuperar el tiempo perdido.
Pérdida de tiempo, opciones y aparición de nuevos retos
“Se perdió tiempo, oportunidades de concluir proyectos y comenzar unos nuevos”, lamentó la jefa del departamento de la Unidad de Provisión de Servicios de Información (UPSI) de la UMSS, Gilka Valencia.
“Se ha podido dar continuidad buscando espacios alternativos para instalarnos físicamente. Así como hacer cierto tipo de configuraciones de tal manera que las oficinas administrativas y académicas que se instalaron fuera del campus universitario pudieron usar los servicios que hay en la universidad”, recordó.
Valencia indicó que durante el conflicto el uso de las plataformas virtuales como el Claroline y Moodle se incrementó en un 30 por ciento en las facultades de Tecnología, Derecho, Arquitectura, Humanidades y Sociología.
“Ha sido una época muy dañina para la universidad, pero hemos visto que en situaciones adversas también podemos continuar con nuestro trabajo”, aseveró la administradora de la DICyT, María Lemaitre.
El compromiso hizo que salvaran varios estudios
PLANTA PILOTO DE BIOPROCESOS
Uno de los efectos adversos del conflicto en la UMSS también fue la paralización del Centro de la Planta Piloto de Bioprocesos de generación de plásticos biodegradables.
Del salar de Uyuni se obtuvieron bacterias y de la laguna Colorada alomonas. Estas últimas sirven para la producción de los plásticos antes mencionados.
El investigador de este centro, Jorge Quillaguamán, recordó que durante el conflicto en la UMSS se recibió el único equipo de espectrómetro de fluorescencia en Bolivia en el kilómetro 11 de la avenida Blanco Galindo. El aparato sirve para determinar diferentes tipos de químicos e incluso para el análisis de agua en tres dimensiones en tan sólo tres minutos.
Quillaguamán agregó que también se perjudicaron los estudiantes que realizan sus prácticas. En algunas ocasiones tuvieron que pedir permiso para entrar y en otras trabajar en sus hogares.
Durante la visita al centro, los estudiantes realizaban el control de sistemas, temperatura y reactores.
CENTRO DE BIODIVERSIDAD
El Centro de Biodiversidad y Genética se vio afectado seriamente en la ejecución de los proyectos durante los dos primeros meses, porque no se realizó ningún tipo de trabajo en una época donde se recolectan semillas para hacer los experimentos, informó el responsable, Luis Aguirre. Expresó que muchos proyectos están retrasados o no podrán concretarse.
Este centro se dedica a conocer los procesos y patrones que ocurren en la biodiversidad a nivel genético, población y comunidad para la protección del medio ambiente.
Aguirre indicó que por este conflicto se pidió a la cooperación Belga alargar la fecha de entrega de los resultados del proyecto de Permeabilidad de la Matriz Circundante a Fragmentos de la Quewiña hasta diciembre, “aún así no vamos a poder cumplir con las metas programadas y se tendrá que devolver el dinero”, dijo.
También se presentaron problemas con el proyecto para la recolección de muestras de heces de murciélagos. Pero, se avanzó en la producción del libro para conocer el grado de amenaza en el que se encuentran las plantas en las tierras bajas.
Investigaciones afectadas por el paro en la “U”
CENTRO DE ALIMENTOS
Al menos 60 ratas de laboratorio que sirven para hacer experimentos y conocer la calidad proteica de algunos alimentos en los seres humanos se perdieron del Centro de Alimentos y Productos Naturales, porque no pudieron ser atendidas adecuadamente. Se hacían exámenes de lipidemia y fibra que demoran alrededor de seis meses de trabajo.
La responsable del área de nutrición del centro, Miriam Vargas, resaltó el esfuerzo de cada uno de los investigadores que a pesar de los peligros acudió a trabajar. Asimismo, la Alcaldía tuvo que mandar una carta a la Federación Universitaria Local (FUL) para que permita a los profesionales del laboratorio de servicios verificar que el desayuno escolar cuente con la calidad para su consumo.
El perjuicio en la planta piloto de alimentos se sintió principalmente en los investigadores que hacen su doctorado o maestría en este espacio gracias a la cooperación sueca, indicó la docente Carola Rojas.
CENTRO DE BIOTECNOLOGÍA
La pérdida de muestras de algas recolectadas de varias lagunas cercanas al salar de Uyuni, de papas refrigeradas y otros microorganismos del Centro de Biotecnología durante los casi cuatro meses del conflicto en la UMSS ocasionó el retraso de meses y años de estudio.
El responsable del Centro de Biotecnología, Daniel Guzmán, explicó que las algas serían usadas para la producción de biocombustibles, el tiempo perdido equivale a nueve meses. En las muestras de papas la mayor parte de ellas se perdió y ahora se deberá esperar al menos ocho meses hasta su producción para volver a hacer una prueba.
Guzmán aclaró que hasta ahora, por el trabajo acumulado, no se logró verificar la pérdida de los microorganismos, pero se estima que la mitad de los 100 ya no sirven. Éstos iban a ser utilizados para producir encimas para detergentes, tratamiento de sueros contaminados o plásticos, y se recolectaron de la región andina desde el 2001.
CENTRO DE LIMNOLOGÍA
El Centro de Limnología y Recursos Acuáticos encara tres proyectos: Contaminación con Mercurio en Peces en la Amazonia, Evaluación del Impacto del Paiche (una especie de pez de más de dos metros) y los Efectos del Cambio Climático en Lagunas de Altura. El responsable del Centro de Limnología y Recursos Acuáticos, Dani Rejas, dijo que no se pudo hacer nada en un primer momento para viajar y recabar las muestras que se necesitaban para cumplir con los términos del proyecto.
Por lo que habilitó su domicilio para hacer parte de los estudios allí con la adecuación de algunos instrumentos artesanales para lograr que las partículas (zooplancton) recolectadas de estas lagunas tengan resultados y no se pierdan.
En el marco del segundo proyecto fueron a la Amazonia donde recolectaron 45 muestras de peces nativos, que afortunadamente no se perdieron. Rejas, lamentó el retraso en el tiempo, pero dijo que ahora se trata de recuperarlo.
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