lunes, 11 de agosto de 2014

UMSS construye un biorreactor que convierte desechos en abono



Convertir desechos orgánicos en abono en el menor tiempo posible y sin generar contaminantes es el objetivo con el que se instaló el primer biorreactor de Bolivia, un innovador sistema biotecnológico construido por investigadores de la UMSS.

El prototipo puede convertir los desechos orgánicos en abono en solo 16 días, proceso que normalmente tarda hasta cuatro meses. “Se aplica un sistema de bacterias aeróbicas que aceleran la descomposición de residuos”, detalla Jorge Quillaguamán, experto en biotecnología y bioprocesos.

El trabajo es realizado por un robot que remueve y airea los desechos con un brazo mecánico.

“El biorreactor es un sistema biotecnológico acompañado con uno robotizado que tiene cuatro ejes, puede desplazarse en varias direcciones y operar a lo largo de 50 metros”, explica Marco Arancibia, experto en automatización y robótica de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).

El sistema puede procesar 20 toneladas al día y fue desarrollado por estudiantes de las carreras de Ingeniería Mecánica, Ingeniería Industrial y Comunicación Social que trabajaron bajo la guía de Arancibia y Quillaguamán.

Proyecto. Residuos orgánicos fueron dispuestos en el reactor el 18 de julio —tras cuatro años de pruebas y desarrollo de tecnología—, 16 días después se obtuvieron buenos resultados. “Los residuos se picaron para mejorar la aireación, se humidificaron y se calentaron inicialmente a 35 grados Celsius, a los 45 grados extrajimos nutrientes y a los 65 matamos microorganismos para tener un compuesto estéril”, indica Arancibia.

Según Quillaguamán, el proceso impide la generación de gases y lixiviados (líquidos contaminantes), porque los residuos no están en contacto con el suelo.

“Cuando el biorreactor se mueve, el líquido se vuelve vapor de agua. Además, al airear se evita la formación de ácidos que son los que atraen metales pesados”.

El biorreactor tiene un sistema de sensores que envían la información al robot y éste al sistema informático. Las órdenes y el monitoreo se realizan a través de una tablet. “Este proyecto permitiría a cualquier municipio reducir el total de sus desechos hasta en 60%, porque esa es la cantidad de residuos orgánicos en un vertedero”, afirma Guillermo Bazoberry, director de Investigación Científica y Tecnológica de la UMSS.

El ambicioso plan requiere de 32 reactores para el relleno sanitario de K’ara K’ara (al sur de Cochabamba) que pueden producir al menos 18.000 toneladas (t) anuales de abono orgánico. “Si las autoridades municipales aceptan el proyecto, en septiembre tendríamos los galpones y el biorreactor funcionando”, dice Quillaguamán. La inversión en el prototipo fue de $us 35.000. “Para montar los 32 reactores se requiere $us 165.000 más, todo el proyecto costaría 200.000. La mayor parte del financiamiento proviene de la cooperación suiza, aunque requiere de apoyo edil”, afirma el investigador.

OBJETIVO. El prototipo fue emplazado en K’ara K’ara con el objetivo de coadyuvar en el cierre del botadero, dando valor agregado a gran parte de los residuos. “Queremos ceder las primeras pruebas (de abono orgánico) a la población de K’ara K’ara, para reforestación. Al aumentar las áreas verdes, disminuirá la contaminación de su suelo”, prevé Quillaguamán.

Además, se pretende emplear el abono en cultivos orgánicos como la quinua. “Una vez que tengamos los análisis de laboratorio, cederemos parte del abono al Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal para que ellos hagan pruebas y vean la mejor forma de usarlo”, agrega. El abono obtenido no presenta mal olor y tiene una apariencia similar a la tierra mojada, pero rica en nutrientes. “Han llevado muestras a Suiza. Tenemos que mejorar la calidad orgánica y la cantidad de carbono. Estamos con 22%, si llegamos al 25% la calidad será de primera, aun para Europa”, sostiene Quillaguamán, quien además subraya que pese a ello el compuesto es de Clase A en América Latina.

Así, una iniciativa que nació con la idea de tratar los residuos de los universitarios se perfila como un proyecto de exportación de abono de primera calidad.

Algunos detalles del proyecto

Robot

El biorreactor incorpora un brazo robótico único en todo el país “por su gran tamaño”, dice el experto en Biotecnología y bioprocesos Jorge Quillaguamán.

Interés

Al conocer los resultados y las ventajas de este proyecto, varios municipios de Cochabamba, como Sacaba, y del país mostraron su interés por este sistema.

Recursos

El biorreactor se construyó con financiamiento de la cooperación internacional suiza Swisscontact y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación.

K’ara K’ara apoya plan alternativo ambiental

La población produce al menos 270 toneladas de desechos por día

El biorreactor podría dar solución al problema de la acumulación de la basura en la población de K’ara K’ara, que produce 270 toneladas de desechos por día, explica el gerente de la Empresa Municipal de Saneamiento Ambiental (EMSA), Ernesto Soto.

“Hemos pasado años bastante críticos, bloqueos en el ingreso al relleno, no había apoyo, recursos, hemos empezado a clasificar residuos, encontramos apoyo del Swisscontact y en 2008 empezamos a pensar que sí se podía lograr esto, generar abono”.

Sin embargo, agrega, existen dificultades. EMSA genera abono, pero tarda hasta seis meses en obtener el producto. “Procesar la basura en vez de enterrar la materia orgánica es la opción tecnológica para sacar los residuos y darles valor agregado”.

“No hay otro destino sino la industrialización y aprovechamiento de la basura. Este proyecto ha sido un desafío y apostamos a este tipo de tecnología, que está registrado para el macroproyecto de industrialización metropolitano”, asegura Germán Parrilla, director de la Secretaría por los Derechos de la Madre Tierra, de la Alcaldía del Cercado.


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