domingo, 2 de octubre de 2011

Origen de las universidades

En realidad, en el derecho de enseñar (facultas) que el graduado universitario poseía, se originó la organización de las universidades por facultades. De esta guisa, una facultad al principio, no fue sino una sección o escuela donde se podía conseguir autorización para enseñar cierto conjunto de conocimientos afines, es decir, una rama del saber.

Los decretos pontificios concedían a los graduados académicos la facultad de enseñar “aquí v en todas partes” (facultas hic et ubique docendi), lo cual corrobora que estos institutos no eran de un determinado territorio sino de toda la cristiandad.

La organización de las universidades, variaba algo de una a otra. Sin embargo, la facultad de artes (facultas artium) o de las siete artes liberales, proporcionaba una cultura básica y general, y por ello fue la más frecuentada y la antesala obligada para proseguir estudios en las otras “superiores” que tenían ya un carácter profesional.

Las universidades en la práctica eran autónomas, tenían un jefe común o RECTOR, elegido periódicamente. Dos CANCILLERES representaban a la autoridad eclesiástica, y se encargaban de la administración y otorgaban los grados académicos. Al frente de cada escuela o facultad, se tenía a un deán o DECANO, que la dirigía y representaba.

Como en las corporaciones de artesanos, en las universidades se distinguían los grados académicos siguientes: En la facultad de artes, los ESCOLARES (aprendices), los BACHILLERES (compañeros) y los MAESTROS. En las facultades superiores, los ESTUDIANTES (aprendices), los LICENCIADOS (compañeros) y los DOCTORES (maestros).

Por falta de viviendas y por la pobreza de los alumnos, anexos a las universidades se fundaron hospederías (hospitia) para los estudiantes forasteros, donde además encontraban directores (provisores) para sus estudios y costumbres. La importancia de estas hospederías fue creciendo hasta alojar en ellas también a los maestros que explicaban allí mismo lecciones de repaso (repetitio). Tal régimen de vida común (colegial) determinó que se los llamara COLEGIOS.

Un pensionado de este tipo, fue el COLLEGIUM SORBONICUM, fundado (1257), por el religioso Roberto Sorbon, que devino en la famosa Sorbona. Algunos de estos colegios evolucionaron para constituir establecimientos de enseñanza secundaria con mayor jerarquía que los comunes: COLEGIOS MAYORES. Como pensionados anexos a la universidad, persisten hasta hoy en las principales universidades de Inglaterra, por ejemplo.

También en la Edad Media, hubo colegios particulares dirigidos por profesores de las facultades de artes.

Puede afirmarse que el método de enseñanza universitario medieval tenía tres momentos, imbricados entre sí: la lección, la repetición y la disputa. La LECTIO consistía en la exposición y análisis de ciertos libros tomados como básicos, llamados libros canónicos. La REPETITIO, era algo así como repasos en forma de diálogo de las partes difíciles de la lección, realizados preferentemente en los colegios. El tercer momento o DISPUTATIO era de especial importancia por ir dirigido a la demostración del dominio y aplicación de lo aprendido en los momentos anteriores; se lo realizaba semanal-mente en una especie de parada de la facultad correspondiente, y con arreglo a un procedimiento silogístico; un maestro pronunciaba una conferencia, concluida la cual, proponía cierto número de principios que eran motivo de controversia (tesis), la que se efectuaba bajo su dirección; los demás profesores intervenían como OPONENTES aduciendo objeciones (arguere) que luego trataban de rebatir algunos BACCALARIUS (del fr.baschevalier, caballero que todavía no poseía estandarte propio).

La facultad de artes organizaba sus estudios en dos ciclos correspondientes al trivio y al cuadrivio. Sus textos canónicos, eran por lo general, la GRAMÁTICA (ArsGramaticae) de Prisciano, el DOCTRÍNALE de Alejandro de Villa Dei, el manual de Lógica (SUMMULAE LOGIC ALES) de Petrus Hispanus, y obras de Aristóteles.

La medicina se enseñaba en las obras de Hipócrates, Galeno y Avicena.

El derecho temporal estudiado por Legistas utilizaba el Corpus Juris o colección de derecho romano redactado por disposición de Justiniano. El derecho canónico estudiado por los llamados Canonistas o Decretistas, utilizaba el Corpus Juris Canonici o colección de actas de los concilios (canones) y las disposiciones papales (decretales).

El estudio de la teología recurría a la Biblia (sacra página), las SENTENTIAE de Pedro Lombardo, y después a las obras de Tomás de Aquino y Nicolás de Lyra.

Sus fines son más bien docentes que de investigación, porque perseguían fundamentalmente retener y transmitir conocimientos, casi solamente. Las universidades, con sus exigencias y preparándoles profesores, elevaron el nivel de los planteles correspondientes a la enseñanza media.

En una época en la que no existían academias de ciencias, imprentas, etc. de las cuales hoy beneficiamos, la universidad de cada ciudad era como una caja de resonancia para la política, ciencia, o lo que fuese.

Por último, las universidades con su estructura y funcionamiento constituyeron permanentes escuelas de democracia republicana.

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