martes, 7 de julio de 2020

Dos universidades producen dióxido de cloro ante demanda

Ante la desesperación de la gente, al menos dos universidades de Bolivia comienzan a producir dos tipos de dióxido de cloro, uno para desinfectar y otro para uso medicinal. La elaboración de este producto se desarrolla pese a la prohibición y advertencia del Ministerio de Salud.

“Sí. Tomamos la decisión de elaborar el dióxido de cloro”, dijo el rector de la Universidad Técnica de Oruro (UTO) David Ismael al indicar que en esta casa de estudios se llegó a esa decisión por “la desesperación de la gente”.

“Asumimos esa decisión, por varias razones. La primera es porque sentimos una desesperación de la gente y sentimos impotencia al no poder hacer nada. Otra es que el índice de letalidad en Oruro es alto y el de recuperados es muy bajo”, sostuvo Ismael. Añadió que hay muchos médicos que se infectaron con el virus por lo que la situación ya es desesperante.

“Sólo ayer (domingo) fallecieron dos médicos jóvenes. Por eso vimos como una luz al fondo del túnel al dióxido de cloro como tratamiento para la Covid-19”, dijo la autoridad de la UTO.

Con toda esa explicación, Ismael explicó que el dióxido de cloro que se fabricará en el laboratorio universitario es “acreditado de forma internacional” y será “medicinal”.

Ismael destacó que el primer stock saldrá mañana. “Hemos conversado con el municipio de Oruro y la Asociación de Municipios Orureños, que han solicitado este producto para dotar a los pacientes. No se dará de forma individual”, contó.

El rector añadió que cuando entreguen los productos a los municipios y a la Gobernación, estas instancias dotarán los insumos a los militares, policías y médicos infectados con el viru, “con el fin de que ellos puedan combatir al virus”, sostuvo.

Para el uso de este producto se contará con profesionales y expertos. “Por ejemplo, en Santa Cruz hay más oxígeno, se usa con 10 ml de oxígeno. Pero en Potosí, Oruro y La Paz se requiere el doble”, detalló.

Según la doctora Patricia Callispieri, una de las impulsoras de este producto en Bolivia, el dióxido de cloro es un gas que no se produce en la naturaleza. “Se activa con clorito de sodio al 29% y ácido clorhídrico al 4%. De esa mezcla resulta el dióxido de cloro, lo cual es diferente al hipoclorito de sodio, que es la lavandina. Eso sí mata”.

Para Ismael, el dióxido de cloro que se elabora en el laboratorio de la UTO es para consumo humano. “Se está usando en la dosificación que los médicos nos han recomendado”, aclaró.

El rector de la Universidad Juan Misael Saracho de Tarija Gonzalo Gandarillas destacó que en esta casa de estudios también se elabora este producto, pero será de uso para “la desinfección”. Es decir se utilizará únicamente para eliminar el virus en ambientes y elementos inanimados.

Gandarillas agregó que para la elaboración del producto usan diferentes cantidades de los insumos. Aclaró que existe un equipo de profesionales, entre químicos, bioquímicos, médicos y otros del área de salud, que estudian el producto para que sea usado de forma medicinal.

El rector de la universidad tarijeña aseguró que cuando concluyan el estudio se podrá informar a las autoridades si podrá ser para uso medicinal. El informe se entregará el lunes. Aclaró que no es necesario solicitar un permiso al Ministerio de Salud para su elaboración.

Se refirió al último informe del Ministerio de Salud sobre este producto. “Ese informe es muy poco prolijo y en algún momento hasta confunde con el hipoclorito de cloro (lavandina). El dióxido de cloro no es agresivo y en las concentraciones adecuadas es un producto desinfectante”, explicó.

El presidente del Comité Científico de la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva Patricio Gutiérrez aseguró que en Bolivia se necesita un estudio para usar este producto. “Cualquier sustancia que se dé a una persona y se le diga esto te hará bien, hace que la gente se sugestione y (piense) que le hace bien. A esta situación se llama efecto placebo”, indicó.

Según el profesional, si una persona toma un medicamento con la indicación de que le hará bien, el efecto placebo hará que exista una integración entre el sistema nervioso, endocrino e inmunológico. “Si la persona cree que le hace bien, el cerebro le mandará a sus glándulas y éstas a las defensas, las cuales ganarán a cualquier enfermedad, en este caso al virus”, dijo.

De acuerdo con el especialista, por eso un medicamento debe ser superior a esa sugestión y lastimosamente hasta el momento “no hay ningún estudio que indique que el dióxido de cloro le haya logrado ganar al efecto placebo”, argumentó Gutiérrez. Agregó que se debería hacer ese estudio, pero “nadie quiere hacerlo”. Recalcó que por esa razón usar este producto es una conducta de riesgo porque puede provocar más contagios o que aumenten las muertes. “Eso nos preocupa como profesionales y científicos”, explicó.


La UMSA advierte de efectos adversos


La Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) advirtió de los efectos adversos que causa en la salud la ingesta del dióxido de cloro si se lo utiliza como un supuesto tratamiento contra el coronavirus, y solicitó al Gobierno recursos económicos para realizar investigaciones sobre tratamientos alternativos. “(El dióxido de cloro) es utilizado en el tratamiento de aguas residuales y como blanqueador de la pulpa de madera para la fabricación de papel. Es utilizado también para fumigar frutos como arándanos, fresas y otros, que desarrollan hongos y levaduras”, se lee en el pronunciamiento del Departamento de Investigación y Posgrado de la UMSA.

En el documento se indica que se debe tomar en cuenta que el dióxido de cloro no es un fármaco, ya que actúa como un “activante oxidativo”. Además, advierte que produce reacciones adversas al organismo, como náuseas, vómitos, incluso afecciones cardiacas y respiratorias.


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