viernes, 29 de enero de 2010

Un grupo de estudiantes quiso tomar el teatro Mariscal con cachorros de dinamita, pero la FUL logró impedirlo

El acto de clausura del Congreso Interno reavivó las pugnas de cara a los claustros universitarios de mayo, y quedó en suspenso la promulgación del nuevo estatuto orgánico de San Francisco Xavier.

La jornada comenzó con un piquete de huelga de hambre en rechazo al resultado del Congreso y siguió con un intento de toma del Teatro Gran Mariscal, donde se realizó la ceremonia de clausura.

Estudiantes de Pedagogía y la Facultad Técnica lideraron las protestas. En la mañana, hubo cruce de insultos entre la FUL y el grupo de resistencia en el edificio central de la Universidad.

Armando Isla, de Pedagogía, tildó de traidores y vendidos a los dirigentes de la FUL, a quienes también cuestionó por su vínculo con el partido político PAIS, al que ahora representa como candidato el ex ejecutivo estudiantil Nelson Guzmán.

No se salvó de los descalificativos el presidente del Congreso, Wálter Arízaga. A éste lo acusaron de haber "manipulado" el magno evento al que se habrían prestado los afines a la FUL.

Rubén Padilla, de la FUL, respondió con acusaciones. Dijo que los huelguistas son activistas del Movimiento Al Socialismo (MAS). Además insinuaron que este movimiento tenía algo que ver con el actual rector Iván Arciénega, según algunos medios radiales. Trasladada la pregunta, la autoridad evitó entrar en polémica.

Quien asumió defensa fue Arízaga, pues para él los manifestantes fueron "pagados" por agentes externos a la Universidad que en todo momento buscaron el fracaso del Congreso.

Atribuyó los ataques a "algunas autoridades" que temen la aplicación del nuevo estatuto porque afectaría a ciertas personas que buscan su reelección en otros cargos de la Universidad.

UN ACCIDENTADO ACTO

El acto de clausura por poco se suspende. Un grupo de estudiantes quiso tomar el Teatro con cachorros de dinamita en mano pero la FUL lo impidió. Se dijeron de todo en las puertas. Los congresistas ingresaron en medio de insultos, sobre todo el Presidente del Congreso.

En el hemiciclo, el acto transcurrió con normalidad hasta que dos estudiantes de Pedagogía y la Técnica interrumpieron los discursos. Un 99% de los presentes los abuchearon pero no los callaron. Pidieron referéndum para aprobar el estatuto porque dijeron que es resultado de las "camarillas". Los demás gritaban ¡promulgación!

Arízaga, en su discurso, se dirigió al público con voz fuerte y exigió la vigencia del estatuto, antes de entregar el documento al Rector. A su turno, Arciénega destacó el vigente estatuto aprobado el año 1983 y respecto al nuevo dijo que su promulgación depende del Consejo Universitario.

"No está promulgado, todos los congresos del sistema universitario deben merecer la aprobación del Consejo Universitario y después de esa aprobación el Rector es quien lo promulga y lo publica, si corresponde", aclaró tras el acto.

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