martes, 8 de marzo de 2016

Adultos mayores retornan a clases

Formación constante. Después de la jubilación o de la crianza a los hijos, las personas de la tercera edad pueden participar en distintas organizaciones que brindan nuevos saberes y amistades.

Ante la deficiente oferta de actividades para las personas mayores de 55 años, un grupo etario que necesita espacios de interacción y recreación, dos universidades y un centro de formación asumieron este gran reto y las satis- facciones no se dejaron esperar mucho tiempo.

Si bien la tercera edad es una época de descanso, reflexión y de oportunidades para hacer cosas que quedaron postergadas mientras se criaba a los hijos, o se generaba recursos económicos para sostener la familia, también es un periodo de reencuentro y crecimiento personal.

Por esta razón, estos tres lugares son una excelente opción para que los adultos mayores ocupen su tiempo en actividades que enriquezcan su vida y que sean beneficiosas para su salud.

La interacción con personas de su misma generación también tiene muchas ventajas, puesto que pueden compartir momentos de esparcimiento, incluso fuera de las aulas.

Una nueva oportunidad

Se sabe que muchos de ellos se quedan en sus domicilios y se encargan de colaborar con los quehaceres del hogar, otros se dedican al cuidado de los nietos; pero, también hay aquellos que buscan nuevas experiencias, encontrar otros amigos y desarrollar actividades que los mantengan ocupados.

Este es el caso de 775 personas, cuyas edades fluctúan entre los 55 y 85 años, siendo más del 80 por ciento de mujeres, que a partir de esta semana retoman el impulso de volver a las aulas a estudiar, ejercitarse, divertirse o simplemente compartir entre personas de su misma generación.

En Cochabamba existen tres lugares alternativos de integración para las personas de la tercera edad, los cuales trabajan de manera independiente, unos de otros, creando sus propios espacios y velando por el tipo de plan académico o recreacional que brindan a sus alumnos.

Estas agrupaciones son: la UNI 3 - Cochabamba, (Universidad Abierta para Adultos Mayores - Educación Permanente no Formal), la UPAM (Universidad Para el Adulto Mayor -proyecto social de la Universidad Católica Boliviana) y el CIAM (Centro de Integración del Adulto Mayor).

Ninguno de los postulantes requiere de educación formal previa, simplemente se necesita que tengan deseo de aprender y estar en comunidad.

Aunque la mayoría estas organizaciones no cesa sus actividades todo el año, se toma como parámetro a la primera semana de marzo, para retoman el ritmo habitual de trabajo y volver a las aulas con el mismo interés y alegría.

UNI 3, un horizonte para todos

Lizel Estela Mercado Montaño, actual directora de la UNI 3, llegó a esta organización como alumna regular; con el tiempo comenzó a interiorizarse en el funcionamiento de la universidad. Su conocimiento la convirtió en la actual directora.

“Tratamos de promover la educación formal de adultos mayores, la integración social de los mismos, cubriendo la necesidad que tiene toda persona de participar y contribuir como protagonista en el desarrollo de su comunidad”, dice.

La UNI 3 es una universidad abierta para adultos mayores, donde se promueve la educación no formal participativa. Lamentablemente, en Cochabamba no tiene infraestructura propia, porque no cuenta con el respaldo de ninguna entidad pública.

Actualmente, la secretaría permanente de la universidad funciona en la Sede de la Asociación de Jubilados de Comercio, ubicada en la calle Mayor Rocha #245, entre Junín y Hamiraya.

De acuerdo a Mercado, el flujo de estudiantes varía anualmente, por ejemplo, el año pasado se inscribieron 160 personas, cuyas edades oscilaban entre los 55 y 90 años.

Las inscripciones para esta gestión están abiertas; hasta el momento, 80 personas ya se registraron. El costo anual es Bs. 250, lo que le da acceso a todos los cursos del año. Los requisitos son: el llenado del formulario de inscripción, la presentación de dos fotocopias de carnet de identidad y dos fotogra- fías 3x3, para su registro académico.

Una de las grandes diferencias de esta Universidad es que no tiene fecha de inicio, por lo que todas las personas interesadas pueden acercarse cualquier día de la semana, ya sea en la mañana o la tarde, para regularizar su inscripción.

“Los nuevos estudiantes estarán un poco retrasados, en comparación a los antiguos, pero como la educación es prácticamente individualizada, poco a poco se nivelarán”, explica Mercado.

UPAM, la edad de oro del saber

La Universidad para el Adulto Mayor, dependiente de la Universidad Católica Boliviana, regional Cochabamba, tiene uno de los programas más estructurados en la formación para adultos mayores.

Walter Dalia, director de la Pastoral Universitaria de la UCB, informa que este proyecto se inició el 2013, con el primer curso de “Gestor Social”, cuyo objetivo principal es despertar en el adulto mayor un compromiso ciudadano, además trabajar con un proyecto de vida y fortalecer su espiritualidad.

Desde el primer año la respuesta de los adultos universitarios fue positiva; en esa oportunidad, a los pocos días de lanzar la convocatoria se llenó el cupo de alumnos y, debido a la demanda, se tuvo que habilitar cursos paralelos. De ahí en adelante, los mismos alumnos son quienes están pendientes del próximo periodo de inscripción.

Las clases se desarrollas los días sábados, en el bloque nuevo de la Universidad Católica Boliviana en Tupuraya, de 8:30 a 13:00. A eso se suma, 30 horas académicas de trabajo social, que se desarrolla el mes de junio.

Dalia asegura que el programa contempla ocho módulos de trabajo que se desarrollan a lo largo de 10 meses. El costo es de Bs. 150 mensual. Al final del año académico se realiza el acto de graduación junto a la exposición de trabajos. Es ahí donde los alumnos muestran a sus trabajos finales.

“Año que pasa este grupo se integra más y comienza a interactuar fuera de clases, se reúne en salones de té para realizar trabajos sociales y hasta realiza viajes recreativos”, asegura Dalia.

Debido a la necesidad social y demanda de los estudiantes este programa creció hasta ofrecer cuatro niveles de formación. El primero, “Gestor Social”; el segundo, “Comunidad de vida y servicio”; el tercero ,“Viviendo en Plenitud” y este año se inicia el programa de “Aprendien- do juntos”.

En la UPAM se hace una capacitación permanente de saberes, no se improvisa nada, todos los cursos responden a necesidades vigentes de los alumnos: cursos de repujado, pintura, tai chi, gimnasia, baile, expresión corporal y muchos otros talleres que conforman un módulo académico.

CIAM, salud y bienestar

Otro de los centros de formación, con mayor incidencia en la salud física de sus integrantes, es el Centro de Integración del Adulto Mayor (CIAM) Arminda Ballivián de Paz, que atiende en la calle Félix Araníbar #1366, esquina Calancha, a partir de las ocho de la mañana.

Este centro abrió sus puertas en 2000, como un proyecto autogestionado con los recursos de la OTB del distrito 12 de esta ciudad, gracias a las gestiones de Arminda Ballivián, quien fuera la primera fundadora y presidenta del centro.

Actualmente interrelacionan 150 adultos mayores, los que deben cancelar la suma de Bs. 40 mensuales y una matrícula única de Bs. 60, además de llenar el registro único de su inscripción.

Este centro de atención recibe a personas desde los 55 años; las que llevan talleres de pintura en tela, al óleo o acuarela, clases de cocina, bisutería y participan de un coro. También pasan cursos de yoga, tai chi, expresión corporal, pilates, danza terapia y otros.

El CIAM tiene consultorios de medicina general, psicología, fisioterapia y kinesiología. El gabinete de rehabilitación física cuenta con los equipos necesarios para la atención de los adultos mayores.

Su administrador, Milton Machuca Cortes, señala que esta organización tiene capacidad para recibir a unas 400 personas, pero que lamentablemente no pueden cubrir el cupo debido a la falta de interesados.

“Este centro es más que un grupo de adultos mayores pasando clases, es una linda familia donde todos se cuidan y se protegen... más de uno lo catalogó como su segundo hogar”, concluye Machuca.

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