Almazán, cuya vertiginosa formación profesional ha atraído la atención del país, declaró en una entrevista con EFE que se prepara para continuar con sus estudios en los campos de la neurociencia y la neuropsicología.
Ataviado con corbata y bata de médico en su oficina del Centro de Atención al Talento (CEDAT), una pequeña escuela de aprendizaje para superdotados fundada por su padre y su madre hace un año, Andrew gesticula poco y habla rápidamente con los ojos fijos en su interlocutor. Formado en el seno de una familia cristiana, este joven practica el piano y el hockey sobre hielo como pasatiempos, es cinta negra en Tae kwon do.
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