lunes, 27 de marzo de 2017

Estudiantes desperdician 6.881 platos del comedor de la UMSS

Por cinco días consecutivos, el edificio multiacadémico, donde funciona el corazón de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) estuvo tomado por estudiantes y dirigentes de la Federación Universitaria Local (FUL). El acceso al Vicerrectorado, Archivos y Trámites fue tapiado con ladrillos y estuco. Uno de los principales pedidos de los dirigentes fue aumentar las becas para los comensales universitarios. En este momento, está en marcha el proceso de renovación y selección de los antiguos y nuevos beneficiarios.

Sin embargo, en los primeros diez días que comenzó a funcionar este servicio de comedor se prepararon 30.208 platos de almuerzo y cena, de los cuales 6.881 no fueron recogidos. Según cálculos de OPINIÓN, eso significa más del 22 por ciento de inasistencia y multiplicado por 19.5 bolivianos, que le cuesta dar la comida a cada comensal, se estima que la UMSS está “perdiendo” alrededor de 134.179 bolivianos en apenas 10 días.

El rector Juan Ríos dijo que el presupuesto general de la universidad para este año es de 960 millones de bolivianos y para el comedor se destinará de 27 a 30 millones, es decir alrededor del 3 por ciento del monto total. “Buena parte proviene de la coparticipación, aunque el año que ha pasado hemos tenido 19 millones de recaudación menos que la gestión 2015”.

¿Qué está pasando en la UMSS? Según el estatuto universitario, en su artículo 1 del Título I, Capítulo 1, las becas comedor fueron concebidas para “brindar una alimentación adecuada y a bajo costo a los estudiantes de escasos recursos económicos y aceptable rendimiento académico”.

El jefe del Departamento de Servicio Social a cargo del comedor, Alfredo Sarmiento, dijo que actualmente hay alrededor de 2.200 becarios al comedor. Se estima que ese número irá subiendo paulatinamente hasta un tope de 5.500 beneficiarios que es el 10 por ciento de estudiantes matriculados o regulares, según manda el reglamento universitario. “En este momento, una comisión evaluadora se encuentra haciendo la selección de los beneficiarios de al menos 10.600 postulantes. Para la beca se tienen que cumplir dos requisitos demostrables: bajos recursos económicos y rendimiento académico”.

COMIDA PROMEDIO La semana del 6 al 15 de marzo, cuando comenzó a funcionar el comedor, Sarmiento, instruyó la preparación de 1.848 almuerzos e igual número de cenas. La semana del 16 al 22 de marzo, se dispuso la elaboración de 2.148 almuerzos y cenas. Para el periodo del 23 al 31 de marzo subirá a 2.914 raciones en ambos ítemes. Sin embargo, ve con preocupación que el ausentismo de comensales es alto, principalmente en la comida de la noche. Por ejemplo, el día jueves 16 de marzo (día del paro cívico) se preparó 1.976 almuerzos, de los cuales no se recogieron 1.176. Algo similar sucedió el día martes 14 de marzo, pues se cocinó 1.848 cenas y 678 comensales no fueron a recoger su alimento.

Esta preocupación es más evidente en la administradora del comedor, Senith Calle Guamán. En los primeros diez días que se tomó como muestra, ratificó que de los 30.208 platos cocinados, 6.881 no fueron recogidos. ¿Qué se hace con esta comida entonces?

“Para no echar a la basura tanto alimento, los mismos comensales suelen repetir y comer doble ración”. OPINIÓN fue testigo de esta costumbre a la que los propios comensales le denominan “el repete”. En algunos casos hacen “avalanchas” por la comida sobrante y, en otros, la recogen de manera más ordenada.

Los funcionarios más antiguos cuentan que en el pasado había filas de indigentes en las puertas laterales del comedor que esperaban por la comida no recogida. Ahora todo ha cambiado porque los mismos universitarios han reclamado, dicen.

Sarmiento admitió que uno que otro hijo de algún indigente o vendedora ambulante logra entrar al comedor y sí se le invita algo de comer, como un gesto de humanidad.

CURIOSO Cuando se les preguntó a los responsables del comedor ¿por qué no van a comer todos los estudiantes? Ambos coincidieron en señalar que existe una mala práctica secundada por las redes sociales, especialmente el WhattsApp. “Por esta vía se comunican entre los jóvenes e, incluso, se mandan fotografías de los alimentos. Si la comida es rica hay más comensales ese día y si no, el ausentismo crece”. Similar criterio vierte el secretario ejecutivo de la FUL, Wilber Mejía.

Sin embargo, él encuentra otras razones más valederas para este ausentismo. “Hay un problema que las autoridades no han podido solucionar. La nutricionista no prepara bien la comida. Tenemos que buscar uno de prestigio que prepare los alimentos con ingredientes nutritivos y vegetales. Que haya variedad porque muchas veces en la cena solo nos dan arroz con algo de complemento”.

Mejía también hace alusión a que esta comida les engorda más.

MENÚ Un estudiante que no quiso ser identificado, la noche que OPINIÓN hizo un recorrido por el comedor, se quejó de que la cena (arroz) estaba quemada y el refresco tenía algunos restos de alguna sustancia flotando. Inmediatamente, Sarmiento acudió a la mesa donde estaba este comensal con otra estudiante y trató de explicar que la comida estaba buena. Posteriormente, él mismo probó la salchicha y la papa cocida y se sirvió el refresco.

Dijo que por instrucción del Rectorado se mejorará el menú y para ello se cuenta con una nutricionista y tres estudiantes que hacen su pasantía y ayudan con la elaboración del menú.

OPINIÓN también observó a una estudiante de Psicología que hace su pasantía y levanta sus propios informes.

Sarmiento aseguró que recibió un comedor con problemas y ahora se está intentando poner más orden. Por ello, va continuamente al comedor secundado por su personal a realizar controles continuos durante el almuerzo y la cena.

PREBENDALIZACIÓN El jefe del Servicio Social de la UMSS piensa que uno de los motivos para que los comensales no asistan a comer y generen este problema es que en la última gestión “se prebendalizó este servicio. Algunos representantes hacían entrar gratis a sus simpatizantes y amigos”. Otros estaban anotados para recibir el desembolso económico, como comensales libres, e igual seguían usufructuando en el comedor.

Esa práctica ahora ha sido eliminada con una determinación de Consejo Universitario y desde esta gestión ningún becario recibe en efectivo. Esta medida recibió el rechazo de algunos sectores estudiantiles y se tuvo una pulseta, por algunos días, con las autoridades rectoras.

PRECIOS Y COMPRAS DEL COMEDOR Uno de los principales problemas en el pasado era el control de las compras de productos para el comedor.

En la actualidad, la administradora del comedor, Senith Calle Guamán, dijo que se han lanzado convocatorias en la propia universidad para que se presenten propuestas de los proveedores, quienes deben presentar sus ofertas con los precios más bajos del mercado.

Inicialmente, se han hecho adjudicaciones por montos menores a los 20 mil bolivianos para que provean de productos como arroz, carne, fideo, aceite y otros. El único requisito es que los ofertantes tengan su registro NIT.

“Ahora se recogen las propuestas en sobre cerrado y se levanta un acta para dar una imagen de transparencia”. La dificultad está en los productos que varían continuamente de precio como la papa y las verduras, tales como el tomate y la cebolla.

En el caso de los productos con precios que oscilan más se entrega una cotización base y se espera que el ganador sea el que proponga el precio más económico.

Hacia adelante se está pensando trabajar con fábricas y con empresas establecidas porque se harán compras superiores a los 50 mil bolivianos que deben pasar necesariamente por el Sistema de Contrataciones Estatales de Bolivia (SICOES). “Es una obligación nacional”.

Datos



Horarios de atención

El comedor atiende el almuerzo de 12:00 a 13:30 y la cena de 17:00 a 19:30.

Precios

Los proveedores, por montos menores a 20 mil bolivianos, ofrecen los precios más bajos de los productos. Por ejemplo, la pesada de papa se la compra a Bs 380. El arroz estaquilla el quintal a Bs 300, el azúcar Bs 249, carne (janara) el kilo a Bs 32, carne de res con hueso el kilo a Bs 23,20, kilo de carne blanda Bs 40, el kilo de pollo Bs 16.20, carne de cerdo el kilo Bs 22 y aceite el litro Bs 9.

Presupuesto

Se desembolsó 12 millones de bolivianos para esta gestión. Se requerirá más, según la administradora del comedor.

Los diez relojes biométricos no funcionan y dañaron un televisor

En apariencia, el comedor universitario luce limpio en horas de la mañana.

El “silbido” de las ollas se oye a partir de las 10 de la mañana, cuando comienza a hervir la sopa o a cocer el arroz, la papa o la carne.

Según la administradora de este ambiente, Senith Calle Guamán, este comedor tiene capacidad para albergar a 2.000 comensales.

Pero cuando uno entra a revisar en detalle encuentra que ninguno de los diez relojes biométricos funciona y hay un televisor de pantalla plana que no trabaja. Los lavamanos del interior de este ambiente tampoco funcionan porque no hay agua fluyendo constantemente. Se acumularon desechos en los alrededores que dan mal aspecto.

En medio, hay una tarima gigante que quita bastante espacio para poner más mesas y sillas. “Eso nadie lo puede tocar, porque se enojan los dirigentes”, dijo un funcionario que acompañó a OPINIÓN en la visita que hizo a estas instalaciones.

Los daños a los relojes, vidrios y el televisor fueron provocados en la protesta del 20 de diciembre pasado cuando se cambió a la administradora. “A ella se la acusó de haber propiciado la noche de gallos (una especie de subasta sexual) en pleno comedor universitario”. Eran otros tiempos.

PERSONAL Actualmente, en el comedor trabajan 40 personas entre cocineros y ayudantes. Al margen, está el personal económico que cuenta con la administradora, el contador y dos personas más que ayudan en la parte contable. Se trabaja en dos turnos, en la mañana que atiende el almuerzo y en la noche que prepara la cena.

Ahora que dieron la instrucción de mejorar el comedor, hay nueve personas de Servicio Social de la UMSS que hacen el control diario también en dos turnos, según el jefe de esta área Alfredo Sarmiento. “Antes, este control lo hacían los propios estudiantes a través de su centro. Ahora todavía no se han hecho elecciones”.

COSTO DE LOS DAÑOS Reparar los relojes dañados y arreglar los otros destrozos le costaría la UMSS, unos 150 mil bolivianos, refiere Sarmiento.

Él cree que dañaron los relojes biométricos, que servían para controlar la asistencia de los comensales, precisamente para evitar la fiscalización.

“Ellos han dañado los lectores de esos relojes con llaves metálicas. Lo que no quieren es que haya un control estricto”.

Por eso, asegura Sarmiento, la vigilancia se hace actualmente con unas fichas de cartón verde que llevan sello seco y las firmas de los responsables. “Es difícil falsificar esas tarjetas”.

El secretario ejecutivo de la FUL, Wilber Mejía, niega que los daños hayan sido provocados por los estudiantes o los propios dirigentes. “No sé quién ha podido arruinar los relojes. No estoy seguro de que los estudiantes hayan hecho eso. Puede ser que un administrativo o una persona de afuera lo hayan provocado. No hay un informe confiable al respecto”.

Reparar cada lector costaría 3.500 bolivianos. Y si se cambia todo el reloj el costo sube a 8 mil.

Así está el comedor. La noche que visitó OPINIÓN las puertas se cerraron a las 21:00 horas. En la puerta de salida, había una señora indigente con sus dos niños. Hacía frío en el exterior, pero eso no impedía que los menores se acerquen constantemente al comedor universitario.

Opiniones

Carlos Villarroel

Ing. Electromecánica

Soy estudiante de sexto semestre y becario renovante. Desde que comenzó este año, veo que la comida está mucho mejor. Antes la servían cruda o quemada. No vemos ese tipo de cosas. Hay más gente controlando y el menú está variado. Estoy agradecido y conforme con la comida que están entregando. A veces nos quedamos por más.

Jimena Morales

Ingeniería Civil

Soy de quinto semestre y becaria desde hace dos años. La comida de hoy estaba buena. Pasa que en Tecnología nos esforzamos más y a veces no teníamos y el comedor nos ayuda bastante. Antes nos salía más caro. Ahora lo veo mejor en comparación al año pasado. Observo más control y las charolas están limpias, los vasos igual. Han incrementado ensaladas. Nos alivia la digestión.

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