martes, 4 de octubre de 2016

Incubadora de empresas: Simbiosis entre la Universidad y el medio empresarial



La base empresarial en Bolivia está conformada por más de un 95% de micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), aspecto que no deja de ser relevante para el análisis porque su índice de mortalidad en el mercado es alto. Teniendo datos referenciales de que el cese de funcionamiento se da entre el primer y quinto año de su actividad, debemos mejorar el nivel de productividad de este tipo empresas que han ido surgiendo por necesidad o subsistencia (falta de empleo o una fuente de ingreso), y motivar a las que fueron creadas por la identificación de una oportunidad potencial de negocio.

Por este motivo hacemos referencia a las incubadoras de empresas, un ente cuyo objetivo es promover el éxito de los proyectos empresariales, proveyéndoles de un conjunto de recursos y servicios que merece un nuevo emprendimiento como el espacio físico, capacitaciones, telecomunicaciones, networking, el acceso a financiamiento, entre los principales. Contempla tres etapas: la “pre incubación”, que consiste en la concepción de la idea de negocio; la “incubación”, que se basa en el inicio de operaciones de la empresa en el mercado, y la “post incubación”, que básicamente es el seguimiento y soporte que se le da a la empresa, siendo una etapa importante para promover su crecimiento en el mercado.Sin duda alguna, iniciar un emprendimiento implica una serie de dificultades y, entre otros aspectos, sobresale el riesgo de fracaso; por tanto, se debe desarrollar una cultura de constancia.

Uno de los principales objetivos de la incubadora de empresas es el de brindar a los nuevos emprendimientos el soporte que ellos merecen de tal manera que tengan las herramientas necesarias para responder a las exigencias del mercado.

La Universidad es una entidad idónea para fomentar el emprendedurismo, pues el desarrollo del mismo tiene relación directa con los tres pilares de esa casa de estudios superiores: enseñanza, investigación e interacción social. Una Incubadora de Empresas Universitaria permitiría desarrollar el potencial emprendedor en los estudiantes con una ventaja competitiva, como es el conocimiento.

No podemos dejar de mencionar grandes ejemplos de Incubadoras de Empresas Universitarias son el Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial (CIDE), de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), y la Incubadora de Empresas UPSA de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra. Ambas han surgido por nexos con instituciones públicas y privadas; a la fecha, tienen empresas que fueron incubadas funcionando en el mercado.

Debemos destacar esfuerzos que realiza la Universidad San Francisco Xavier, a través de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, promoviendo el desarrollo de nuevos emprendimientos a través de su formación y la Feria de Emprendimientos, que esta gestión alcanza a toda la Universidad.

Sin embargo, es también tuición de entidades como la Alcaldía y la Gobernación dar sustento a este tipo de iniciativas. Sin duda, se podría generar un vínculo entre el conocimiento (Universidad) y la producción (empresa), promoviendo nuevas empresas con el cuidado y la supervisión de una incubadora de empresas, coadyuvando al desarrollo económico y social en su conjunto.

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