lunes, 6 de junio de 2016

Siete mil estudiantes brasileños dejan a la Llajta $us 50 millones cada año

Cada vez que llegaban las vacaciones académicas de invierno y verano, Gustavo debía hacer un receso obligatorio y cerrar temporalmente su fotocopiadora que había emplazado cerca de la Universidad Franz Tamayo, al norte de la ciudad.

La explicación es contundente, casi todos sus clientes eran estudiantes brasileños, de esta universidad, quienes acudían para fotocopiar textos, comprar material de escritorio y utilizar las computadoras para comunicarse con sus familiares o simplemente jugar.

A finales de 2015, Gustavo tuvo que cerrar su fotocopiadora porque el número de estudiantes brasileños disminuyó, a tal punto que sus ingresos no eran tan alentadores como cuando empezó, hace cuatro años.

El aporte económico de esta comunidad es determinante en Cochabamba para muchas personas que han abierto negocios, especialmente cerca de las universidades que tienen facultades de medicina y albergan en sus aulas a estudiantes brasileños.

El sociólogo e investigador del Instituto de Estudios Sociales y Económicos de la Universidad Mayor de San Simón, Fernando Salazar, señaló que el aporte económico que dejan los estudiantes brasileños en Cochabamba es de unos 50 millones de dólares por año.

Argumentó que este dinero se invierte directamente en la ciudad y beneficia a múltiples sectores: a las universidades con el pago de las matrículas y colegiaturas mensuales, a los restaurantes, porque son miles de estudiantes que almuerzan y cenan durante su estadía en la Llajta, a las tiendas de ropa y a los supermercados, entre algunos.

Salazar mencionó que cada estudiante brasileño invierte en Cochabamba, como promedio 2.000 dólares para vivir y hacer turismo en el departamento.

El cónsul general de Brasil en Cochabamba, Carmelito de Melo, confirmó que el aporte de los 7.000 alumnos que estudian en las universidades de Cochabamba es gravitante para la economía de esta ciudad.

Según una investigación realizada por la Cámara de Comercio de Cochabamba (Cadeco), y difundida en abril de 2015, en la Llajta estudiaban en esa temporada 9.000 estudiantes extranjeros, que dejaban un monto de 90 millones de dólares al año.

Esta investigación señalaba que cada estudiante brasileño invertía unos 10 mil dólares por año en el pago a la universidad, alimentación, alquiler de departamentos y la compra de ropa.

GRAVITANTE

El economista y docente universitario Alfredo Mansilla afirmó que muchos negocios que se sostienen con el aporte de los estudiantes brasileños deben cerrar temporalmente, o cambiar de rubro, cuando se ingresa a vacaciones de invierno o de fin de año.

Hizo una analogía con lo que sucedió el año pasado en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), a la que asisten al menos 70 mil estudiantes y generan un importante movimiento económico en las tiendas, fotocopiadoras y locales de comida ubicados a su alrededor.

El economista recordó que cuando hubo el conflicto de institucionalización, y la Universidad paró en 2015 durante cuatro meses, muchos de los negocios emplazados cerca de la UMSS vivieron una situación crítica.

Durante el conflicto de San Simón hubo también una merma de pasajeros para los transportistas, especialmente los que trabajan hacia los municipios de Quillacollo y Sacaba

LLEGAN MENOS

En los últimos años se advierte un menor flujo de estudiantes brasileños, debido a la crisis económica y social en el vecino país, afirmó el economista y docente universitario Luis Cuba.

Argumentó que anteriormente la importante llegada de estudiantes brasileños se debió, principalmente, al costo de vida. Para estos estudiantes que son de Brasil, venir al país era muy barato y accesible. Además, tienen el beneficio, todos ellos, de la proximidad con su país: están a solo tres o cuatro horas de vuelo.

ESTILO DE VIDA

Cuba manifestó que lo que más les entusiasma de Cochabamba a los brasileños es el clima, la calidad de vida, las compras en los supermercados, aspectos que forman parte de la cultura en las ciudades brasileñas. Además de la mayor seguridad y la importante gastronomía de la ciudad.

“Y así lo demuestran a través de su gasto diario, su consumo promedio es aproximadamente de 30 dólares por día, el mayor promedio entre todos los estudiantes de clase media en la región”.

Lo que compran durante su estadía anual son alimentos, ropa y productos electrónicos. En la ciudad, sus zonas de esparcimiento son, principalmente, la avenida América y las calles adyacentes a las universidades privadas, donde realizan sus estudios cuando llegan a esta ciudad.

Los estudiantes brasileños se movilizan en las zonas de los supermercados para realizar sus compras diarias, principalmente en la parte central de la ciudad.

Cuba señaló que la inversión que se realiza en la construcción de edificios en la zona central de la ciudad es también un atractivo para tener una situación cómoda durante su estadía ya que el costo de los alquileres no afecta sustancialmente sus presupuestos mensuales como ocurriría en otras ciudades del el eje troncal en el país.

OTRA MIGRACIÓN

Hasta hace algunos años, la primera migración de estudiantes del vecino país se concentró en la población de Tiquipaya porque les ofrecía la cercanía entre la universidad e infraestructura habitacional. Actualmente, los estudiantes brasileños prefieren vivir en la parte norte de Cochabamba porque les permite mejores accesos a diversión, alimentación e infraestructura vial, por lo que el número se ha incrementado sustancialmente en las zonas residenciales.

Incluso los estudiantes que están inscritos en universidades ubicadas en el camino, entre la ciudad de Cochabamba y Quillacollo o Cochabamba-Sacaba, prefieren vivir en la capital y trasladarse hacia sus centros de estudios ya que consideran que son distancias cortas comparadas con las que tendrían que recorrer en las ciudades brasileñas.

Cuba relató que él tuvo la oportunidad de realizar estudios en Sao Paulo, Brasil, y la distancia que le correspondía recorrer entre el domicilio que tenía y la universidad era aproximadamente de una hora y media debido al tráfico y la distancia, lo que no ocurre en Cochabamba ya que el tiempo máximo que utilizan en su desplazamiento, si es que estudian en universidades cercanas a Quillacollo, Tiquipaya o Sacaba, no es mayor a los 25 minutos.

Los universitarios cuentan además con un servicio público permanente, a diferencia de lo que sucede en Brasil, donde los estudiantes, en su mayoría, están obligados a utilizar su propio transporte para facilitar su desplazamiento, lo que encarece su presupuesto.

Muchos estudiantes brasileños que viven en Cochabamba compran motocicletas por lo que les resulta muy económico para su desplazamiento. Esta demanda ha incrementado la importación de vehículos de bajo costo, traídos desde China.

“De acuerdo a lo que se ha estimado anteriormente, y sobre todo porque destinan su dinero en alquiler del departamento, compras de alimentos y bebidas en supermercados, más el fin de semana, su gasto promedio mensual supera los 600 dólares, que comparado con el costo de vida en ciudades brasileñas representa menos de la mitad de lo que gastaría un estudiante en ese país”.

Sin embargo, advirtió que Paraguay se ha convertido en un punto de llegada de esos estudiantes por el costo de vida que es más barato y tienen menos exigencias académicas.

La presencia de estudiantes de Brasil ha tenido un efecto muy positivo para la región, porque ha generado impacto en actividades vinculadas a los servicios, entre los que se destacan los educativos a nivel superior y de alquiler de departamentos, además de haber impulsado la aparición de supermercados y otras actividades recreativas y la compra de aparatos de línea blanca (televisores, computadoras, entre otros) y que son en su mayoría importados pero a precios muy convenientes para este segmento de consumidores.

ASPECTOS NEGATIVOS

Un aspecto negativo es que los estudiantes brasileños tienen un bajo consumo en otros sectores, sobre todo vinculados a la producción nacional, a diferencia de otro tipo de visitantes o turistas que llegan a Cochabamba o a otras ciudades de Bolivia, a quienes les interesa el consumo de bienes artesanales “made in Bolivia”. Además, los brasileños no son muy afectos a realizar viajes de diversión, lo que no impulsa el turismo local ni nacional.

Cuba dijo que actualmente, la presencia de los estudiantes brasileños ya no afecta directamente la subida en los precios de los alquileres por la importante oferta de departamentos que existe en la ciudad y que se ha multiplicado sustancialmente en el último tiempo. Pero hace algunos años, cuando llegaron los primeros grupos de estudiantes brasileños sí tuvo impacto, sobre todo en la zona de Tiquipaya.

En la zona norte

* Los jóvenes brasileños que estudian en las universidades privadas de Cochabamba residen principalmente en la zona norte de la ciudad, donde alquilan departamentos.

* La avenida América, en inmediaciones de la plaza 4 de noviembre, y las calles adyacentes, además de la calle Juan Capriles, son los sectores preferidos por los brasileños para vivir y buscar diversión.

* Los ciudadanos de Brasil en Cochabamba acuden a restaurantes que son administrados por brasileños, especialmente en las avenidas Santa Cruz y la Gualberto Villarroel, en la zona norte.

* El plato preferido por los brasileños es la feijoada.

Remesas

* Los brasileños que estudian en Cochabamba reciben como promedio 900 dólares en remesas que envían sus padres desde Brasil.

* La mayor parte del dinero se destina al pago de la mensualidad de la universidad (unos 250 dólares), el alquiler del departamento (350 dólares) y la compra de comida y ropa.

* Algunos estudiantes prefieren cocinar sus alimentos, para ahorrar el dinero que les es enviado por sus padres o porque tienen la costumbre de comer en sus hogares.

* Una parte de sus remesas la destinan a pagar su recreación y diversión.

Negocios

* Restaurantes, pastelerías y tiendas de motocicletas son los negocios que han sido abiertos por los brasileños en Cochabamba.

* Muchos de los que administran estos emprendimientos son los padres de los estudiantes brasileños que estudian medicina en las universidades privadas.

* Los familiares de los estudiantes llegaron para acompañar a sus hijos, se “enamoraron” de Cochabamba y decidieron abrir un negocio que les permita sobrevivir.

* El economista Alfredo Mansilla señaló que la mayor parte de los brasileños que tienen sus emprendimientos son informales porque no cuentan con NIT.




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