lunes, 26 de octubre de 2015

Cementerios rurales sostienen comercio de huesos humanos



Es un secreto a voces entre docentes y estudiantes de las facultades de Medicina y Odontología de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho (Uajms), el que en Tarija se comercien huesos humanos para su estudio, especialmente en los primeros años de la materia de anatomía.

Sin embargo el efecto de esta actividad, que se encuentra en un vacío legal, ya impactó en los comunarios rurales, quienes denuncian que las tumbas de sus seres queridos están siendo profanadas.
Así, cementerios de El Cadillar, San Lorenzo, Canasmoro, Rancho Norte y Erquiz, entre otros están siendo víctimas de estos robos. Los precios de un cráneo oscilan entre 1.000 a 2.000 bolivianos, la información fue confirmada por estudiantes de medicina, quienes evitaron revelar sus nombres.
Otra prueba de que dicha situación sucede en Tarija es la acción inmediata que está tomando la Alcaldía de San Lorenzo, instancia que ya trabaja en el cierre perimetral del cementerio de El Cadillar. Precisamente por las constantes quejas de los habitantes, que refieren que las tumbas de sus seres queridos están siendo abiertas para este comercio.

La historia de don Alberto
Hace once años doña Eva, que en ese entonces tenía 65 años, fue al cementerio de El Cadillar para dejar amancayas en la tumba de su hermano, Alberto P., empero grande fue su sorpresa al encontrar que ésta había sido excavada. En el fondo de la misma no estaban los restos del occiso, ni su féretro. La historia la cuenta Silvia L., con el permiso de doña Eva, que es su abuela y con quien viven en una pequeña casa de la comunidad de Coimata.
“Parece que al abuelo se lo robaron, como ahora andan comentando, para que los universitarios puedan estudiar sus huesos. Lo del cajón, bueno, lo que dice mi familia es que era de madera de cedro, bien trabajado. La verdad hace mucho que nadie habla del tema, pero sí es verdad que ahora su tumba no está”, dice Silvia.
El director de Cultura de la Alcaldía de San Lorenzo y habitante de la comunidad de Erquiz, Edgar Gutiérrez, asegura que varios cementerios de la provincia Méndez han sido la fuente de abastecimiento para una suerte de “mercado negro de huesos humanos”. Lamentó esta situación y dijo que esto ocasiona quejas de los comunarios, las más recientes provienen de El Cadillar, donde advierten sobre el robo de cráneos principalmente.
“Hay personas que se dedican a vender a estudiantes, se sacan los difuntos. Esto hemos visto en varias ocasiones, es algo sorprendente y vergonzoso. Imagínese, no respetan a los seres queridos que están ahí. En varias oportunidades ha habido la excavación de nichos, se sacan los cráneos, sin importar que es un campo santo”, afirma Gutiérrez.
Agrega que por este motivo la Alcaldía de San Lorenzo está realizando el cierre perimetral del cementerio de El Cadillar. Además, manifestó que este campo santo está colapsando por la cantidad de tumbas y nichos que se tienen, pues ahí se entierran a personas provenientes no solamente de la comunidad, sino también de Coimata, La Victoria, Tomatitas, Obrajes y otras.
Gutiérrez añade que ya se solicitó formalmente a la Policía de la jurisdicción, que realice patrullajes nocturnos, pues existen versiones de que los profanadores de tumbas, operan de noche y sacan los huesos en bolsas, ya sea por la parte frontal del cementerio, que colinda con la carretera o por lamparte trasera, que es abierta y adyacente a una quebrada y al río Erquiz.

El País eN hizo vigilia
El País eN, visitó por tres días seguidos el cementerio de El Cadillar, recorriendo las tumbas con Oscar V., comunario de la zona. Él asegura que existen indicios de la actividad, debido a que se ve movimiento de tierra en las tumbas, además de restos de “tapas” de los nichos, entre otros detalles.
Pese a estas afirmaciones, durante una noche de vigilia, no se registró ningún tipo de actividad en el lugar.
José C., un albañil que trabaja en el cementerio, oriundo de la comunidad de Obrajes, dice que en los últimos tres años, producto de las profanaciones, ha tenido más trabajo para mejorar y dotar de medidas de seguridad a las tumbas; eso sí, de aquellas personas que puedan pagar el material y la mano de obra, que varía según las medidas y características. Estos trabajos pueden llegar a valer desde 700 a 4.000 bolivianos.
“Hay tumbas que parece que no tienen familiares que vengan mucho, hay otras que tienen. Dicen algunos que sus parientes están en la Argentina y por eso no vienen, pero lo que se ve es que algunos familiares hacen cuota para el mejoramiento, por el comentario de que se están perdiendo los huesos”, revela José.
Al menos seis cementerios se tienen en la provincia Méndez: en San Lorenzo, El Cadillar, Rancho Norte, Erquiz, Santa Bárbara y Canasmoro. “Existen más, pero son pequeños”, subraya Dilverth Flores, asambleísta departamental de Méndez, a tiempo de señalar que el tema en cuestión se ha mantenido hasta la fecha como una verdad oculta, pese a las quejas de los habitantes de la región.

Vacío legal
El abogado Milber Aban, sobre este tema, explicó que la profanación de tumbas no está tipificada como delito en el Código Penal boliviano, aunque en caso de encontrarse a una persona en flagrancia, sacando restos óseos humanos de un cementerio, el hecho podría tipificarse como robo o hurto.
Hurto al tratarse de un apoderamiento ilegítimo de una cosa, que en este caso serían los huesos; y robo, en caso de que el autor violente un seguro o rompa la tumba.

Testimonios de estudiantes
Julia (nombre ficticio) es estudiante de odontología, cursa ya los últimos años y explica con toda naturalidad que algunos de sus compañeros tienen cráneos, articulados o desarticulados, que ya no los usan. Ella accede a tratar de conseguir uno y para esto, pregunta a sus contactos si es que hay alguno a la venta.
Al siguiente día confirma que puede conseguir uno desarticulado en 1.800 bolivianos, mientras que otro de sus contactos, tiene uno íntegro con su respectiva mandíbula, en 1.000 bolivianos.
“A estas alturas del año es más difícil y más caro conseguir, pues a inicios de año es cuando hay más, porque es cuando ingresan los nuevos a primer año, entonces a ellos les ofrecen a precios más baratos”, comenta Cecilia.
La diferencia de precios radica en que el desarticulado requiere de un procedimiento para separar los huesos que conforman la cabeza, que se dividen en dos áreas, craneal y facial.
La región craneal está constituida por 8 huesos: dos temporales, dos parietales, un frontal, un occipital, un etmoides (forma parte del tabique nasal) y un esfenoides (configura la mayor parte de la base del cráneo). Estos dos últimos huesos son internos. En el área facial se contabilizan 14 piezas óseas. Entre ellas, cabe mencionar el maxilar, que forma la mandíbula inferior; la pareja de huesos palatinos del paladar duro y los dos huesos nasales, que crean la parte superior del puente de la nariz.
La estudiante aclara, que en el caso de Odontología, solamente “les sirve” el cráneo, y no los demás huesos del cuerpo humano, como sucede con la carrera de Medicina.
También explica que antes era posible conseguir un cuerpo entero en Tarija, pero poco a poco, las personas que ofrecían esto, fueron desapareciendo o volviéndose menos notorias.
“Me acuerdo que habían letreros –agrega- hojas simples que se pegaban en la U diciendo cráneo o huesos en venta. Por comentarios, estoy enterada de que un esqueleto completo vale 5.000 bolivianos, pero no conozco a alguien que tenga”, asegura.
Marcos, estudiante de Medicina, relata que un cráneo puede costar incluso 2.000 bolivianos, y dice que entre los estudiantes, es algo así como una cuestión de ostentación el poseer uno.
Sostiene que la venta de huesos continúa en la actualidad, aunque admite que se redujo la demanda. Desconoce si se tratan de piezas nuevas (recién obtenidas de cementerios), o se trata de piezas que pertenecieron ya a varios estudiantes, porque fueron revendidas.
“Mira yo conocí a un compañero que vendió su cráneo en 500 bolivianos incluso –rememora Marcos-, ahora hay otros que dicen que consiguieron más barato, hasta en 200. Todo depende de quién venda. Ahora, ¿Cómo llegaron a parar esos huesos a manos de estudiantes?, es otro tema. Decían antes que habían algunos que en grupo se iban a cementerios alejados a sacar, hace tiempo pero. De eso hay historias que dan miedo, por eso creo que ahora nadie va, la cosa es que se encuentra (huesos)”, detalla.



Huesos sintéticos y libros, otra opción para estudiar

La decana de la Facultad de Medicina, Olga Mora, explicó que en el anfiteatro se cuenta con varias piezas óseas que son estudiadas por los universitarios en una sala, especialmente para la materia de anatomía, que durante los primeros años de estudio consiste en memorizar los nombres de los huesos y sus partes.
Recordó que a diferencia de antes ahora existen cráneos sintéticos, y si bien tener un cráneo propio sirve para estudiar, aseguró que no es necesario para los estudiantes poseer uno, ya que con las horas de estudio en la universidad y los libros de anatomía, es suficiente para aprender.
Andrés Nuñez, odontólogo egresado de la Uajms, coincidió en que no es necesario tener un cráneo en casa u otros huesos, ya que se tienen libros detallados de anatomía humana, como ser el “atlas Yokochi”, que es el más popular entre quienes cursan los primeros años de una carrera que tiene que ver con la salud.
Asimismo sostuvo que “no es que los universitarios profanen las tumbas para tener huesos”, sino que existe ya un número determinado de piezas óseas que van pasando de mano en mano; pues a partir del tercer año, generalmente los propietarios de los huesos ya no los requieren al haber conocido y estudiado todos las partes y nombres. Asegura que por este motivo, los pasan o venden a los nuevos estudiantes.
Por otra parte, investigando sobre el tema, es difícil mantenerse separado del ámbito paranormal, ya que los estudiantes consultados indican que hay comentarios, que afirman, que quien posee un cráneo ajeno, al menos las primeras noches, pasará insomnios o tendrá sueños extraños, que atribuyen a la presencia de tan importante y simbólica pieza ósea en sus casas o habitaciones.
Otros se refieren a ruidos, apariciones, sensaciones e incluso les atribuyen la buena o la mala suerte.



Vacío legal, profanación de tumbas

El abogado Milber Aban dijo que si bien el Código Penal no sanciona la profanación de tumbas, la Policía y la Fiscalía, pueden actuar por la figura de robo. Dijo también que existen programas de computación y libros para estudiar

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