lunes, 20 de julio de 2015

Cambridge, universitaria y apasionante


A UNA HORA DE LONDRES | JESTÁ LA UNIVERSITARIA CIUDAD DE CAMBRIDGE, GERMEN DE LA REFORMA RELIGIOSA INGLESA QUE POSEE UNA ENORME CANTIDAD DE MUSEOS, ADEMÁS DE SUS FAMOSOS "COLLEGES" POR CUYAS AULAS HAN PASADO 89 PREMIOS NOBEL...

A tan solo una hora de la ciudad de Londres, partiendo de la estación de King Cross, un tren muy veloz le llevará a la ciudad de Cambridge, en la que, nada más llegar uno se da cuenta de que se encuentra ante una joya verde y medioambiental de Inglaterra, salpicada de estudiantes por todas partes.

Para visitar mejor esta ciudad de unos 150.000 habitantes, es recomendable hacerlo con guía y, por internet, existen varias webs especializadas. Algunas, como la de la empresa de tours en español "Te lo cuento de camino" (http://www.telocuentodecamino.com/), ofrecen la posibilidad de conseguir una visita de este tipo, y además gratuita. El turista abona lo que voluntariamente desee.

Una ciudad que no es demasiado grande, con un centro histórico, alrededor del ayuntamiento y la plaza donde se instala el mercado, fácil de recorrer y donde destaca la majestuosidad de la iglesia Great St. Mary´s Church, con una más que notable portada del denominado gótico perpendicular o estilo rectilíneo.

"Por todo Cambridge se respira cultura, historia, arte… es uno de esos lugares en los que siempre encuentras algo apasionante que hacer o visitar. Es una de esas pequeñas metrópolis que siempre te dejan con ganas de más". Esta es la opinión de Alba Pérez García (chusluis@hotmail.com), una joven licenciada en Historia por la Universidad española de Zaragoza, su ciudad natal, que lleva trabajando como guía desde hace más de un año y que compatibiliza esta actividad con la de voluntaria en el Archaeology and Anthropology Museum de la Universidad de Cambridge.

Cambridge es una ciudad viva, llena de cultura, en la que se muestra un gran amor por las artes escénicas, la música y, desde luego, los museos.

Pero también tiene una zona de ocio alrededor del río que da nombre a la urbe, el Cam, por el que circulan, a modo de góndolas británicas, unas embarcaciones que se pueden alquilar para recorrerlo.

Se trata de los "punting", que es de lo más típico en la ciudad. Son unos botes planos, diseñados para su uso en ríos pequeños o aguas poco profundas. Aunque sus orígenes fueron como pequeños barcos de carga, ahora se utilizan para viajes de recreo. A bordo de ellos una persona, que va de pie en la zona posterior de la barca, se impulsa con una pala o caña larga contra el lecho del río, a diferencia de las góndolas venecianas que se empujan con remos.

Si hace una visita en primavera o en verano, no dude en dar un paseo en esta batea por el río y disfrutar de las maravillas que ofrece el entorno desde el agua, ya que tendrá una vista privilegiada de la zona posterior de lo más famoso y notable de la localidad: los "colleges" (instituciones educativas).



CENTRO UNIVERSITARIO DE RELIEVE MUNDIAL

"Desde luego, si viene a Cambridge no puede dejar de visitar al menos uno de los colleges que pertenecen a la universidad. Mi recomendación, Trinity, St. John´s o la capilla de King´s College merecen mucho la pena", indica a Efe la guía.

Efectivamente, hablar de esta urbe es hacerlo de su notable Universidad, que se remonta al año 1209, cuando empezó a recibir alumnos de otra localidad puramente universitaria, Oxford, y que consiguió, en tan solo 50 años, establecer unos estatutos, un rectorado y montar dos de sus escuelas, las de Arte y la de Teología.

Lo primero que aclara Pérez al grupo de latinos que conformamos para la visita es la definición de college en este distrito estudiantil. "En 1284 se creó el primer college que funcionaría como una residencia de estudiantes. Hoy, la Universidad de Cambridge cuenta con 31 colleges".

En su origen los colleges comenzaron como escuelas teológicas pero, a mediados del siglo XVIII, bajo la influencia de uno de los personajes más importantes de Inglaterra que estudió aquí, Isaac Newton, la asignatura principal pasó a ser matemáticas.

El concepto lo aclara la guía: "los estudiantes viven y estudian en los colleges, que se podrían considerar como colegios mayores. Todos ellos son autónomos, teniendo sus propias normas, aulas, instalaciones deportivas y de ocio, pero todos pertenecen a la Universidad de Cambridge".

El Trinity College y el St. John´s College son los más prestigiosos colleges porque del primero han salido nada menos que 31 Premios Nobel, 6 primeros ministros y tuvo como alumno destacado a Isaac Newton. De las aulas del segundo surgieron 9 Premios Nobel y 6 primeros ministros además, en la actualidad, vive aquí el físico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico Stephen Hawking.

Pero, ¿quiénes estudian en Cambridge?, Alba Pérez comenta a Efe:"para estudiar aquí lo más importante es tener un expediente académico impoluto. La Universidad de Cambridge es pública y, la idea de que solo aquellos que tienen mucho dinero pueden estudiar en ella, es un error".

Efectivamente, en primer lugar, aquellos que quieren realizar su carrera universitaria aquí tienen que pasar un examen de acceso muy complicado, pero "en el caso de entrar en esta universidad y no poder hacer frente a los gastos que supone, la propia entidad presta el dinero a sus alumnos que ellos devolverán, a plazos, cuando salgan al mundo laboral", indica Pérez.

Sobre la forma de impartir las clases aquí, la guía aclara: "En Cambridge las clases son diferentes. La idea de compartir un espacio con 60 u 80 compañeros más es impensable. Los alumnos que estudian aquí, unos 18.000 al año, lo hacen con un trato muy personal entre alumnos y profesores y en aulas muy reducidas".



GRAN VIDA CULTURAL

Ciudad con un nivel de vida bastante alto, es caro el alojamiento, pero también ofrece, al ser una ciudad muy estudiantil, la posibilidad de alojarse en albergues juveniles, como YHA Cambridge o en alguno de los "Bed and Breakfast" (cama y desayuno) que funcionan repartidos por la ciudad.

Otro de los atractivos de Cambridge es su intensa vida cultural que se aprecia desde el primer paseo por el centro, en el que se observan en las diferentes rejas que delimitan colleges o iglesias, gran cantidad de carteles anunciadores de eventos culturales de todo tipo, algo que, según indica la guía "es una tradición aquí".

Una curiosidad de la ciudad es que en Cambridge existe una calle muy estrecha y escondida conocida como St. Edward´s Passage o Pasaje de San Eduardo. Es un callejón del siglo XIII que aparece ya en los primeros planos que se hicieron de la ciudad durante la Edad Media. En él encontramos un edificio muy importante, que Pérez nos explica: "es la Iglesia de St. Edward, cuna de la reforma inglesa, porque aquí fue donde, por primera vez, se dio un sermón en el que se acusaba a la Iglesia católica de herejía, fue durante la misa del gallo en la Nochebuena de 1525".

También podemos visitar la Church of the Holy Sepulchre, conocida como la iglesia redonda, una de las cuatro iglesias redondas construidas por los templarios que existen en Gran Bretaña. Este templo se utiliza, a veces, para exposiciones.

También la ciudad cuenta con una gran cantidad de museos y de gran calidad. En Downing Street están los mejores. Además, en el Reino Unido la cultura está subvencionada por el Estado y por eso los museos son gratuitos.

Son de destacar el Zoology Museum, el Whipple Museum de Historia, el Archaeology and Anthropology Museum y el Sedgwick Museum de ciencias terrestres, según recomienda Pérez, sin olvidar el Museo de Fitzwilliams, de increíbles dimensiones con una entrada impresionante y que permite recordar, en pequeño, al propio British Museum londinense, con una espectacular colección de joyeros de personajes ilustres, entre otras muestras artísticas.



LA CURIOSIDAD DEL CRONÓFAGO

En el aspecto científico también es destacar que es aquí donde se encuentran las instalaciones de los laboratorios Cavendish, que es el departamento de Física de la Universidad, ubicado en dos instalaciones, una en Free School Lane, en el centro y otra en Madingley Road. En esta entidad se descubrió el ADN y de sus instalaciones han salido 28 Premios Nobel, del total de 89 que han salido de esta Universidad.

Pero si un elemento científico caracteriza a Cambridge es su reloj cronófago que devora el tiempo, con forma de monstruo volador, que asemeja un saltamontes gigante con alas de metal y que se traga un minuto cada 60 segundos.

El inventor es el doctor John C.Taylor y se le denomina el reloj Corpus. La cara del reloj muestra el tiempo como una onda viniendo del centro del universo. Cada segundo corre alrededor de la cara con un pulso de luz azul, que muestra el tiempo alejándose rápidamente.

"Yo quería que mi reloj atrapara la atención del observador y hacerlo pensar", comenta en su página web el inventor.

La hora se muestra a través de unas rendijas y lentes, que dejan pasar la luz de un banco de LEDs, siempre iluminados, que utilizan unos 60 vatios.

Este especial reloj está ubicado en el Corpus Christi College, colocado en una de sus fachadas. "Está valorado en casi un millón de libras y está fabricado en oro de 24 quilates. Fue el proyecto que presentó Taylor a concurso en el año 2008", añade Pérez.



HISTORIA DE UN RETO

Cambridge siempre ha tenido un rival en la también universitaria ciudad de Oxford. Según The Times Higher Education World University Rankings 2014-2015, Oxford es la tercera mejor universidad del mundo, tras las estadounidenses California Institute of Tecnology y Harvard University, ocupando Cambridge el quinto lugar, después de Stanford University, que está en cuarto lugar.

El enfrentamiento entre Oxford y Cambridge dio lugar a la regata más conocida del Reino Unido, que lleva celebrándose doscientos años, y se efectúa todos los años en el río Támesis entre dos embarcaciones compuestas por ocho remeros y un timonel.

La prueba consta de una longitud de 6.779 metros (4 millas y 374 yardas), la distancia que va desde Putney hasta Mortlake, pasando por Barnes y Hammersmith, aunque en alguna ocasión se ha variado el recorrido.

La leyenda dice que todo comenzó cuando, en 1829, el estudiante de college St. John´s de Cambridge, Charles Merivale, envío una carta a su amigo de la infancia, estudiante del Christ Church, de Oxford, retándole a una carrera de remos con los compañeros.

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