martes, 12 de mayo de 2015

Toma del rectorado agrava crisis por la titularización docente

El conflicto en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) se agrava con la violenta toma del rectorado por los dirigentes de la Federación Universitaria Local (FUL), al mediodía de ayer.

Los estudiantes llegaron en marcha hasta las instalaciones de la avenida Ballivián, destrozaron la puerta de ingreso, desalojaron a los funcionarios y tomaron “posesión” del lugar para el funcionamiento de la Facultad de Ciencias Sociales.

La dirigencia universitaria exige la anulación de la resolución del Consejo Universitario que faculta la titularización de los docentes sin concurso de méritos ni exámenes de competencia. Hace cinco semanas que se declararon en paro y mantienen bloqueadas las puertas de ingreso a la universidad.

El anuncio de las autoridades académicas de convocar a una sesión extraordinaria del Consejo Universitario para tratar la Resolución 01/15 quedó en nada debido al clima de violencia y de amedrentamiento que se vive en la UMSS, informó el vicerrector, Greby Rioja.

La autoridad dijo que instalar la sesión es un tema de prioridad y además es el único escenario para debatir el polémico tema, pero insistió en que las agresiones deben cesar.

DIÁLOGO El dirigente de la FUL Alejandro Mostajo aseguró que participarán de cualquier instancia de diálogo, incluyendo el Consejo Universitario de San Simón.

Además, demandó que las autoridades académicas realicen un cabildeo con los consejeros para garantizar su voto para la anulación de la resolución, requisito indispensable para que las movilizaciones sean levantadas.

La postura de Mostajo fue descalificada por la directora de Planificación Académica, Elena Ferrufino, quien calificó que vandálica la toma del rectorado.

Denuncian agresiones físicas

Una funcionaria administrativa de San Simón y una estudiante de la carrera de Comunicación Social denunciaron ser víctimas de agresiones físicas y verbales de las personas que ayer “tomaron el rectorado”.

Además, reportaron la pérdida de un celular, un teléfono inalámbrico, dinero y dos chips de memoria de la cámara filmadora en la que se registró la toma violenta de las instalaciones del rectorado.

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