jueves, 23 de abril de 2015

A la búsqueda de los cimientos lingüísticos del castellano boliviano

De inicio habría que interrogarse sobre los cambios que han tenido lugar en el proceso evolutivo de la variedad del español central de España y los cambios ocurridos luego de que la lengua castellana fuera transportada al Nuevo Mundo. Asimismo, habría que preguntarse sobre las variedades de contacto de castellano-quechua y castellano-aimara a partir de la tercera década del siglo XVI. Es decir, tendríamos que plantearnos interrogantes acerca de cómo se han desarrollado algunos procesos de cambio producidos en la lengua sin intervención de factores externos y cómo estos han variado su comportamiento cuando, en similares casos de variación lingüística, intervienen factores externos.

¿Cómo era la lengua castellana en la época del Descubrimiento? Era una lengua en expansión, una lengua en transformación, una lengua con variación. Por otra parte, cuando los españoles llegaron a los territorios incaicos (ca. 1532), la realidad lingüística a la que se enfrentaron puede ser descrita como un "mosaico” lingüístico, al decir de Cerrón Palomino (2003: 137), caracterizado por una diversidad de lenguas que gozaban de distintos grados de difusión y variedad dialectal.

Los relatos de una situación de contacto lingüístico no sólo en el ámbito lexical, sino también en el plano de la pronunciación, de la morfología y de la sintaxis, corrían ya desde prácticamente los comienzos mismos de la dominación española. La vida cotidiana generó una serie de espacios que propiciaron rápidamente la profunda interacción y la consiguiente mixtura entre las lenguas indígenas predominantes y la lengua castellana. Entonces es posible referirse a las variedades nacidas de este contacto como muestras de una nueva variación dialectal: el castellano andino.

En nuestra investigación, se propone un estudio documental de los primeros 100 años de la época colonial. Para tal propósito, tomaremos en cuenta manuscritos producidos en la zona extensa de Charcas y manuscritos originados en la península ibérica que fueron remitidos a esta región.

En este avance de investigación nos referiremos al estudio de dos rasgos morfosintácticos que nos permitan examinar el problema de la evolución interna así como el fenómeno de contacto. El primero del ámbito nominal: los pronombres átonos de tercera persona, y el segundo del ámbito verbal: el doble posesivo en tercera persona. En ambos casos, en los manuscritos se han verificado indicios de dos procesos lingüísticos: uno de cambio y otro de mantenimiento, que posteriormente se han consolidado como características del emergente castellano boliviano. Al mismo tiempo, analizamos el posible influjo del contacto sobre estos dos fenómenos morfosintácticos y llegamos a evidenciar que el contacto ha contribuido a la aparición de dos fenómenos de cambio distintos que no fueron detectados en los documentos.
Entendemos que el análisis de los 55 problemas de estudio que planteamos nos dará suficiente material para definir una base de posibles rasgos morfosintácticos que se constituirían en los cimientos lingüísticos de un castellano emergente desde la Audiencia de Charcas.
*Miembro de la Academia Boliviana de la Lengua. (Artículo a propósito del Día del Libro).

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