miércoles, 30 de enero de 2013

Centros públicos afrontan la falta de infraestructura



La falta de infraestructura y la formación de los docentes son los principales problemas que arrastran los institutos técnicos y tecnológicos públicos y de convenio. Así lo asegura el viceministro de Educación Superior, Benecio Quispe. Para contrarrestar la primera falencia, indica la autoridad, se trabaja en políticas agresivas”; y para la segunda, el Ministerio de Educación pretende que los futuros profesores tengan una preparación genérica y especializada en temas productivos.

Informe La Razón visitó dos centros fiscales de la ciudad de La Paz que confirman estas limitaciones. Por ejemplo, han pasado seis meses desde que se concluyó la construcción del nuevo edificio del Instituto Comercial Superior de la Nación (Incos) Teniente Armando Palacios, empero sus alumnos aún no pueden estrenar las nueve aulas y los administradores no saben si ello ocurrirá hasta el inicio de las actividades, el 4 de febrero.

En 2008, el entonces prefecto paceño José Luis Paredes instruyó la edificación del inmueble en los predios del centro que es considerado “instituto modelo del país”. Los trabajos duraron cinco años y en una de las paredes de la obra inclusive figura una plaqueta conmemorativa para su entrega. Sin embargo, cuando el rector de esta casa de estudios fundada hace 67 años, Wilfredo Bustillos, pidió en julio del año pasado las llaves a personeros de la Gobernación, solamente recibió una negativa. “No nos las dieron y no podemos abrir los cursos”, se lamenta, mientras aprecia el “elefante blanco” que se encuentra entre la calle Campero.

El Incos posee 1.890 estudiantes distribuidos en cinco disciplinas y la crisis de ambientes le restringe las inscripciones. “Tenemos muchos alumnos en las nuevas carreras de Comercio Internacional, Analista de Sistemas e Idiomas, que son nuevas —las otras son contabilidad general y secretariado ejecutivo—; pero podríamos doblar el número de estudiantes si utilizáramos el nuevo edificio”, manifiesta Bustillos.

En diciembre del año pasado, el gobernador César Cocarico se mostró sorprendido por la situación y anunció a Informe La Razón que solicitará una explicación a su personal. “No sé si la entrega formal es necesaria. Voy a hablar, porque cuando no se puede asistir (a los actos de entrega de obras) lo que determinamos es que la gente ya haga uso de los inmuebles”. En cuanto a la dotación de las llaves a los administradores del Incos, añadió: “Tendrían que entregarlas, voy a recabar información”. No obstante, hasta ahora no hay noticias desde esa entidad departamental.

Más todavía, a fines de 2012, cuando Bustillos fue a las oficinas del Gobierno Departamental para entablar gestiones en el tema, no le atendieron, y luego se supo que la clave está en que la Gobernación no pagó a la constructora por su labor, por lo cual no tenía las llaves. El déficit en infraestructura provocó que de los aproximadamente 2.800 postulantes que intentaron ingresar a este centro educativo en la anterior gestión, sólo 800 lo lograron.

“El instituto tiene mucho prestigio porque contamos con 64 docentes académicos y normalistas; sin embargo, necesitamos más ítems”, admite el director. El establecimiento tiene convenios con la Aduana Nacional y el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), donde los estudiantes realizan su pasantía cuando cursan el tercer año y, de acuerdo con Bustillos, por la calidad de su formación muchos de ellos se quedan en estas instituciones.

Bustillos es cauto al hablar sobre los institutos privados que estafan a personas. “No se puede lucrar con la educación, aquí es completamente gratuita”, puntualiza, y muestra las resoluciones ministeriales de las cinco carreras que oferta el Incos. Paralelamente, la directora académica Lady Illanes sostiene que los alumnos solamente pagan una matrícula de Bs 250 —que antes ascendía a Bs 400—, Bs 10 por los certificados de notas legalizados y Bs 250 por el examen de grado.

COMERCIAL. Otro caso es del Instituto Técnico Comercial (ITC). “Nuestro nombre anterior era ISEC La Paz; brindamos siete carreras: Contabilidad General, Marketing, Secretariado Ejecutivo, Turismo, Gastronomía, Inglés y Sistemas Informáticos”, informa su rector Édgar Canaviri. La unidad educativa fue fundada el 23 de marzo de 1976 y actualmente tiene 1.550 estudiantes en los turnos mañana y noche, y 80 catedráticos. El título con el que egresan los alumnos es técnico superior, después de tres años de capacitación.

Al igual que el Incos, la falta de espacio limita la cantidad de inscritos en el ITC: cada año hay un promedio de 1.000 postulantes para las cinco disciplinas, pero solamente ingresan 800. Al respecto, Canaviri expone el ambiente donde se dictan las clases de gastronomía; allí, algunas de las ollas ya cumplieron su ciclo de vida.

Al bajar unas gradas y pasar al segundo patio, el rector enseña las dos letrinas que hasta marzo de 2011 usaban centenares de estudiantes. “Pudimos construir tres baños para damas y otros tres para varones, es por lo menos algo”.

Canaviri y el director académico Víctor Vásquez comentan que Bolivia aún es un país de servicios y que todavía no está en la etapa de la industrialización, por lo que la formación comercial es fundamental. “Ahora estamos insertándonos en la Ley Avelino Siñani-Elizardo Pérez e implementando en las carreras el paradigma de la educación socioproductiva comunitaria, para insertar a los egresados al mercado laboral”, explica Vásquez.

Sobre la presencia de establecimientos privados que estafan a sus alumnos, Canaviri es crítico. “De un 100% de institutos en el país, 95% son privados y ofertan carreras que no se concluyen, todo por el afán lucrativo, sin importarles la carrera educativa”. Vásquez cuenta que una estudiante que tomó un curso en un centro particular quiso convalidar sus materias en el ITC. “Lamentablemente no se pudo porque esas materias no estaban en la malla curricular; la engañaron”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario