Un informe del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB) indica que la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm) ocupa el primer lugar en el sistema público nacional en recibir nuevos estudiantes. En 2010 acogió a 17.837 bachilleres, un 28 por ciento más que la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba y un 83 por ciento más que la Técnica de Oruro.
De acuerdo con estadísticas del Programa de Admisión Básica, en los últimos cinco años la Uagrm ha recibido 57.700 nuevos alumnos. Sin embargo, las cifras en ascenso no son las mismas en todas las etapas de la formación académica, la cantidad de titulados de esta casa de estudios superiores del último quinquenio llega a 12.041, lo que no es considerado óptimo para las propias autoridades universitarias.
De acuerdo con el Centro de Procesamiento de Datos (CPD) de la universidad cruceña, en 2010 se titularon 1.325 profesionales, casi lo mismo que en 2005, cuando los titulados sumaron 1.366. La gran diferencia está en que en 2005 había menos alumnos nuevos. Tanto el vicerrector Óscar Callejas, como el director académico, Robert Morón, sostienen que esta situación depende principalmente de factores académicos y socioeconómicos.
Callejas explica que existen dos momentos críticos en el tiempo de estudio, el primero ocurre al iniciar la carrera, pues se trata de una etapa de adecuación en la que un alto número de estudiantes no llega a tomar el ritmo de exigencia académica, por lo que en los dos primeros años o los primeros cuatro semestres los porcentajes de aplazo y deserción son los más altos. Este hecho es atribuido a la mala formación con que los bachilleres llegan a la universidad. Robert Morón indica que el promedio de reprobados en la Uagrm alcanza el 40 por ciento en todos los cursos. En 2010, se dio un 55 por ciento de aprobación de materias y un 44 por ciento de reprobación, al menos en una materia. La otra etapa crítica se da al finalizar la carrera.
Según la universidad, esto se da porque en los últimos semestres los estudiantes se insertan al campo laboral o deben cumplir con obligaciones familiares. Además, estos no siempre asumen el reto de titularse una vez que concluyeron todas las asignaturas de la malla curricular.
Según las estadísticas oficiales, el índice de deserción es entre un 20 por ciento y un 25 por ciento por semestre o año, pero en su mayoría los estudiantes vuelven a retomar materias y por ello existe un alto número de alumnos entre 30 y 40 años. Esta situación es la causa de otro factor que también contribuye a que la titulación sea lenta: El tiempo de permanencia en la ‘U’. Según Callejas, el promedio es de siete años y medio.
No obstante, también se conoce de estudiantes cuya permanencia data de más de 15 años. Las cifras del CPD grafican mejor esta situación: Entre 2005 y 2010, de los 12.041 graduados, un 85 por ciento se tituló en un lapso mayor a cinco años y un 15 por ciento concluyó sus estudios en el plazo previsto de cinco años.
Las autoridades señalan que la larga permanencia de estudiantes responde en general a temas socioeconómicos, pues el 70 por ciento de los alumnos proviene de colegios fiscales y un gran porcentaje requiere trabajar, por lo que toman pocas materias por año.
Para Callejas, en la última década las posibilidades de titulación se han ampliado para facilitar la rápida graduación. Hay la titulación directa que puede darse por excelencia, rendimiento académico y buen desempeño. Por otro lado, están la defensa de tesis, el proyecto de grado, el trabajo dirigido, el examen de grado y el internado rotatorio. Callejas explica que hay una nueva modalidad que aún no fue aplicada y que tomará en cuenta la experiencia práctica de un alumno en determinada disciplina.
El presupuesto universitario llega a los Bs 2 mil millones
El rol de las 11 universidades públicas bolivianas se puso en tela de juicio en anteriores días, cuando en el contexto de las protestas protagonizadas por este sector, el gobierno calificó como baja la cantidad de profesionales que se titulan cada año.
Sin embargo, para el secretario ejecutivo del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB), Eduardo Cortez, el porcentaje de titulación en el sistema boliviano fluctúa entre el 35 y 40 por ciento, cifra “razonable pero no óptima”.
Cortez sostuvo que en todo el sistema boliviano el mayor factor de deserción y ampliación de la permanencia de los estudiantes en la universidad está determinado por las condiciones socioeconómicas de los estudiantes.
Indicó que en 2010 se titularon alrededor de 17.000 en todo el país.
Actualmente en las 11 universidades públicas están inscritos unos 340.000 estudiantes y el presupuesto para el funcionamiento del sistema es de Bs 2 mil millones anuales, de los cuales Bs 1.400 millones se van en gastos de funcionamiento y Bs 600 millones corresponden al presupuesto del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y están destinados a infraestructura y equipamiento.
En 2009 la Uagrm llegó a tener unos 69.000 estudiantes inscritos y en 2010 la cifra bajó a 67.000. Se prevé que para este año, el número total de estudiantes no superará los 57.000, según Morón.
EL ANÁLISIS
¿Se ha medido la calidad?
Álvaro Puente , Pedagogo
¿Por qué aparecen ahora esas cifras? ¿No nos cuentan cada año que solo un pequeño porcentaje de los postulantes pasó las pruebas de ingreso? ¿Hay una puerta trasera para que entren miles más sin esas pruebas? Nunca se habían presentado 17.000 postulantes y nunca había pasado a las aulas ni la décima parte de ellos. Ahora nos enteramos de que entraron realmente, después de todos los teatros: 17.000 bachilleres en 2010, que son más que los bachilleres anuales del departamento. ¿Acaso es misión de la universidad convertir en profesionales al 100 por ciento de la población? El 3 por ciento sería excesivo. ¿En qué país del mundo no hay obreros, ni técnicos ni poetas? Si lo que se quiere es ‘castrar’ las posibilidades productivas de esta tierra, ése es un buen camino, porque con todos licenciados, no habrá quien produzca. ¿Para qué esa ‘inflación’ de profesionales? En nuestro subdesarrollo endémico, todavía nos lamentamos de que no todos lleguen a la meta. ¿No debiéramos lamentarnos más bien de que ilusionen en vano a tantos que nunca debieron entrar a la universidad?
Han peleado por presupuesto. Ahora que sobreabunda, tienen que justificarlo y baten récords de admisiones. Lógicamente, no pueden egresar todos. Lo grave es que el país ha perdido, ha malgastado un 80 por ciento del presupuesto universitario, que se ha gastado en defraudar al 80 porciento de sus admitidos.
Para eso sirven autonomía y cogobierno, para hacer desaparecer el presupuesto por grande que sea y para convertir a la universidad en incubadora de mediocridad. Menos mal que fracasa. Se nos dan cifras de ingresos y egresos, pero, ¿se ha medido la calidad de los profesionales formados este año y los últimos cinco?
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